Campanazo en seis ciudades | El Nuevo Siglo
Martes, 21 de Febrero de 2023

* Figuran entre las urbes más violentas del mundo

* Valle del Cauca, entre casos más preocupantes

 

 

Si bien es cierto que el número de homicidios a nivel nacional ha disminuido en Colombia (hasta 26,9 asesinatos por cada 100 mil habitantes en 2022), hay ciudades en donde las muertes violentas no han tenido un declive pronunciado.

Una prueba de ello es el informe revelado esta semana por el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, una organización no gubernamental mexicana que periódicamente hace un ranquin de las ciudades más violentas a nivel global. Obviamente el cálculo se hace con base en información oficial de los respectivos países, razón por la cual puede que haya algunas urbes que no aparecen en el listado, que dicho sea de paso solo contabiliza lo que pasa en aquellas que tienen más de 300 mil habitantes.

Está el caso, por ejemplo, de las ciudades venezolanas, varias de las cuales no se incluyen en la mencionada clasificación debido a que las estadísticas de las autoridades del vecino país sobre inseguridad suelen no ser muy creíbles. Aun así, algunos entes no oficiales y voceros de la oposición antichavista advierten que la tasa de homicidios está disparada en todas las zonas urbanas.

De acuerdo con el ranquin, nueve de las diez ciudades más violentas a nivel global están, precisamente, en México. Colima, con una tasa de homicidios de 181,9 por cada 100 mil habitantes, ocupa el primer lugar. Le siguen Zamora, Ciudad Obregón, Zacatecas, Tijuana, Celaya, Juárez, Uruapan y Acapulco. Como es sabido, esta circunstancia se deriva principalmente de la escalada delincuencial de los carteles del narcotráfico. En ese top 10 la única urbe no manita es Nueva Orleans, en Estados Unidos.

Otro aspecto que genera inmensa preocupación es la cantidad de ciudades latinoamericanas dentro de ese listado de cincuenta. No solo hay 17 mexicanas, sino que aparecen 10 brasileñas y seis colombianas. En Honduras se reportan dos y una en Puerto Rico, Haití, Ecuador y Jamaica.

Para el caso de nuestro país, Cali figura en la casilla 32, seguida de Santa Marta en el puesto 37, luego está Buenaventura en el 43, Cartagena en el 47, Palmira en el 48 y Cúcuta en el 49. Se trata, sin duda, de una circunstancia preocupante, sobre todo en lo que tiene que ver con el Valle del Cauca, ya que allí están tres de los conglomerados urbanos con más muertes violentas en el país.

No deja de llamar la atención el caso caleño, ya que a comienzos de este año la Alcaldía resaltaba como uno de los más grandes logros del 2022 la reducción de homicidios, siendo el año menos violento de los últimos 35 en esta capital. La Secretaría de Seguridad reportó 982 asesinatos (alrededor de 250 menos que el 2021), además de una disminución en otros delitos de alto impacto. A su turno, la administración de Palmira destacó que se había registrado la tasa más baja de homicidios en los últimos 14 años. De igual manera, la Gobernación, en su corte de cuentas anual, ponderó la disminución de las muertes violentas…

Es necesario, entonces, que se revise desde el Gobierno nacional qué está pasando en el Valle. De hecho, el lunes tanto la gobernadora Clara Luz Roldán como los 40 alcaldes del departamento hicieron un enérgico llamado al Ejecutivo y las disidencias de las Farc para que se respete el cese bilateral de fuegos pactado. También urgieron fortalecer las capacidades operativas de la Policía, Ejército y demás organismos de seguridad con el fin de seguir el combate frontal contra la delincuencia. Esto tras una serie de asesinatos, una masacre y hasta un secuestro en lo corrido de este año.

Obviamente la lupa también debe ponerse en Cartagena y Cúcuta. La primera es, sin duda, el principal símbolo turístico del país y, la segunda, el eje central de las relaciones con Venezuela en todos los aspectos.

Si bien es cierto que las seis ciudades colombianas aparecen de la mitad para abajo en el referido listado, en modo alguno esto puede significar un alivio, sobre todo porque las tasas de asesinatos por cada 100 mil habitantes oscilan entre 42 (la más alta, en Cali) y 29 en la capital nortesantandereana, ambas por encima del promedio nacional. Por el contrario, lo que se evidencia es la necesidad de reforzar con planes de choque la seguridad, incrementando el pie de fuerza, equipamiento, inteligencia y refinando la estrategia contra la delincuencia común y la organizada, así como la intervención temprana en casos de riñas y actos de intolerancia.

Aparecer en este listado significa no solo la evidencia la alta incidencia en pérdida de vidas, sino una especie de ‘estrella negra’ con mucha repercusión internacional.