Los alpinistas que se vean sorprendidos por unas ganas urgentes de aliviarse en el Everest podrán hacerlo pronto en los inodoros "ecológicos" situados a 7.028 metros de altitud, en la vertiente china de las montañas del Himalaya, una medida destinada a limitar la contaminación.
La creciente actividad turística durante las últimas décadas provocó en las pendientes de la cima más alta del mundo (8.848 metros) una acumulación de desechos dejados por los montañistas: carpas, material, bombonas de gas, e incluso excrementos.
Durante el periodo de ascensión que dará comienzo en primavera, una empresa china instalará en el campamento base más alto del Tíbet lo que los medios estatales llaman inodoros "ecológicos". Serán temporales y serán retirados al término de la temporada.
"Con los inodoros es más fácil recoger los desechos humanos generados por los escaladores. Hay un barril con bolsas de basura bajo la instalación", declaró Pema Tinley, vicesecretario general de la Asociación de Alpinismo de la región del Tíbet, citado por la agencia de prensa china Xinhua.
Los excrementos y la orina serán recogidos y transportados río abajo.
Unas instalaciones similares ya fueron implementadas estos últimos años en el Everest, en especial cerca de un campamento base situado a 5.200 metros de altitud, según Xinhua.
Los desechos acumulados en este lugar serán recuperados a diario y entregados a los agricultores locales, que los utilizan como abono, informó la agencia en febrero.
Los gobiernos chino y nepalí intentan limitar las crecientes cantidades de residuos humanos y de basura dejadas en las pendientes de la montaña.