El Gobierno elevó sus metas de déficit fiscal no sólo para este año (como había señalado anteriormente) sino también para 2018. Mientras tanto, el déficit de cuenta corriente, aunque se ha estabilizado recientemente, permanece alto. Las medidas de inflación subyacente siguen siendo persistentes; y el crecimiento económico se está deteriorando. Además de esto, los precios del petróleo han caído y no esperamos una recuperación significativa. En este contexto, aumentó el riesgo de una rebaja en la calificación de riesgo soberano.
Aunque mantuvimos sin cambios nuestras proyecciones de crecimiento (en niveles por debajo del consenso), esperamos ahora mayores déficits fiscales y de cuenta corriente, una moneda más débil y una inflación más alta en relación a nuestro escenario anterior.
Preocupaciones fiscales
En el Marco Fiscal de Mediano Plazo recientemente publicado, el Gobierno colombiano confirmó la probabilidad de un mayor déficit fiscal este año (con relación al objetivo anterior) y elevó su objetivo de déficit para 2018.
“Esperamos los déficits fiscales 2017 y 2018 más elevados a pesar de la reforma tributaria aprobada a fines del año pasado. Estas presiones son consecuencia principalmente del menor crecimiento proyectado y de un mayor gasto previsto relacionado con el acuerdo de paz”, señala el marco fiscal.
La proyección oficial para el déficit fiscal del Gobierno central este año aumentó a 3,6% del PIB, desde 3,3% previamente estimado en el Plan Financiero y no muy por debajo del 4,0% registrado el año pasado. La proyección para el déficit estructural en 2017 es de 2,0% del PIB (desde 2,19% del PIB en 2016), por lo que la estimación del componente cíclico del déficit es de 1,6% (de los cuales 1,2 puntos corresponden a la diferencia entre los precios actuales del petróleo y los niveles de equilibrio). En 2018, las autoridades prevén un déficit nominal del Gobierno central de 3,1% del PIB (desde 2,7% del PIB previsto el año pasado) y un déficit estructural de 1,9% del PIB (componente cíclico de 1,1%). A pesar de los ajustes a corto plazo, la administración sigue teniendo como meta un déficit estructural de 1,0% en 2022.
El marco fiscal también proporcionó estimaciones de las necesidades de financiamiento del acuerdo de paz. Se espera que el plan de implementación del acuerdo de paz cueste un total de 129,5 billones de pesos (45 mil millones de dólares) durante un período de 15 años, lo que representaría 0,8% del PIB por año. La mayor parte del gasto (85,4%) se asignará a la reforma rural agraria. Comparado a las previsiones del Gobierno, proyectamos un déficit fiscal mayor este año (3,7% desde 3,6% en el escenario anterior) y en 2018 (3,3% desde 2,9% anteriormente). Nuestras proyecciones de menor crecimiento y precios del petróleo más bajos explican la diferencia entre nuestras estimaciones y las previsiones del Gobierno (3,6% en 2017 y 3,1% en 2018). En general, la falta de una consolidación fiscal significativa (a pesar de los impuestos más elevados), junto con un ajuste más lento de los desequilibrios externos, una inflación persistente y un crecimiento débil (discutido a continuación), aumenta las probabilidades de una rebaja de la calificación crediticia.
En comparación con las estimaciones de hace un año, el crecimiento de 2016 se situó muy por debajo de las expectativas (2,0%, cuando la previsión era 3,0%), mientras que las expectativas de crecimiento para este año fueron reducidas a 2,3% (desde 3,5% hace un año y 2,5% en el presupuesto). El Gobierno ahora espera un repunte del crecimiento de 3,5% en 2018 (3,9% anteriormente).
“A pesar de esta perspectiva menos optimista, las proyecciones de crecimiento del Gobierno permanecen elevadas en comparación con las nuestras, en 1,6% este año y en 2,5% en 2018. Las proyecciones del Gobierno para los precios del petróleo también parecen optimistas. La administración prevé un precio promedio del petróleo de 51 dólares/barril este año (el presupuesto de 2017 la estimativa es de 50 dólares/barril), pero también anticipa una recuperación significativa en los próximos años (60 dólares/barril el próximo año y 70 dólares/barril en 2020)”, sostienen los analistas.
Mientras tanto, sus previsiones de producción de petróleo fueron reducidas, la meta fijada para 2017 es ahora 840.000 barriles por día (desde 886.000 barriles por día en 2016), por debajo de la previsión de 913.000 barriles por día en el informe del año pasado.
El Gobierno elevó sus metas de déficit fiscal no sólo para este año (como había señalado anteriormente) sino también para 2018. Mientras tanto, el déficit de cuenta corriente, aunque se ha estabilizado recientemente, permanece alto. Las medidas de inflación subyacente siguen siendo persistentes; y el crecimiento económico se está deteriorando. Además de esto, los precios del petróleo han caído y no esperamos una recuperación significativa. En este contexto, aumentó el riesgo de una rebaja en la calificación de riesgo soberano.
Aunque mantuvimos sin cambios nuestras proyecciones de crecimiento (en niveles por debajo del consenso), esperamos ahora mayores déficits fiscales y de cuenta corriente, una moneda más débil y una inflación más alta en relación a nuestro escenario anterior.
Preocupaciones fiscales
En el Marco Fiscal de Mediano Plazo recientemente publicado, el Gobierno colombiano confirmó la probabilidad de un mayor déficit fiscal este año (con relación al objetivo anterior) y elevó su objetivo de déficit para 2018.
“Esperamos los déficits fiscales 2017 y 2018 más elevados a pesar de la reforma tributaria aprobada a fines del año pasado. Estas presiones son consecuencia principalmente del menor crecimiento proyectado y de un mayor gasto previsto relacionado con el acuerdo de paz”, señala el marco fiscal.
La proyección oficial para el déficit fiscal del Gobierno central este año aumentó a 3,6% del PIB, desde 3,3% previamente estimado en el Plan Financiero y no muy por debajo del 4,0% registrado el año pasado. La proyección para el déficit estructural en 2017 es de 2,0% del PIB (desde 2,19% del PIB en 2016), por lo que la estimación del componente cíclico del déficit es de 1,6% (de los cuales 1,2 puntos corresponden a la diferencia entre los precios actuales del petróleo y los niveles de equilibrio). En 2018, las autoridades prevén un déficit nominal del Gobierno central de 3,1% del PIB (desde 2,7% del PIB previsto el año pasado) y un déficit estructural de 1,9% del PIB (componente cíclico de 1,1%). A pesar de los ajustes a corto plazo, la administración sigue teniendo como meta un déficit estructural de 1,0% en 2022.
El marco fiscal también proporcionó estimaciones de las necesidades de financiamiento del acuerdo de paz. Se espera que el plan de implementación del acuerdo de paz cueste un total de 129,5 billones de pesos (45 mil millones de dólares) durante un período de 15 años, lo que representaría 0,8% del PIB por año. La mayor parte del gasto (85,4%) se asignará a la reforma rural agraria. Comparado a las previsiones del Gobierno, proyectamos un déficit fiscal mayor este año (3,7% desde 3,6% en el escenario anterior) y en 2018 (3,3% desde 2,9% anteriormente). Nuestras proyecciones de menor crecimiento y precios del petróleo más bajos explican la diferencia entre nuestras estimaciones y las previsiones del Gobierno (3,6% en 2017 y 3,1% en 2018). En general, la falta de una consolidación fiscal significativa (a pesar de los impuestos más elevados), junto con un ajuste más lento de los desequilibrios externos, una inflación persistente y un crecimiento débil (discutido a continuación), aumenta las probabilidades de una rebaja de la calificación crediticia.
En comparación con las estimaciones de hace un año, el crecimiento de 2016 se situó muy por debajo de las expectativas (2,0%, cuando la previsión era 3,0%), mientras que las expectativas de crecimiento para este año fueron reducidas a 2,3% (desde 3,5% hace un año y 2,5% en el presupuesto). El Gobierno ahora espera un repunte del crecimiento de 3,5% en 2018 (3,9% anteriormente).
“A pesar de esta perspectiva menos optimista, las proyecciones de crecimiento del Gobierno permanecen elevadas en comparación con las nuestras, en 1,6% este año y en 2,5% en 2018. Las proyecciones del Gobierno para los precios del petróleo también parecen optimistas. La administración prevé un precio promedio del petróleo de 51 dólares/barril este año (el presupuesto de 2017 la estimativa es de 50 dólares/barril), pero también anticipa una recuperación significativa en los próximos años (60 dólares/barril el próximo año y 70 dólares/barril en 2020)”, sostienen los analistas.
Mientras tanto, sus previsiones de producción de petróleo fueron reducidas, la meta fijada para 2017 es ahora 840.000 barriles por día (desde 886.000 barriles por día en 2016), por debajo de la previsión de 913.000 barriles por día en el informe del año pasado.