Un acucioso colaborador de EL NUEVO SIGLO, que vive en Argentina, encontró un dato clave publicado por el prestigioso diario La Nación de Buenos Aires, que resulta esencial en medio de la pandemia que azota a todo el mundo. Según la nota periodística “en octubre de 2007, cuando las palabras ‘Wuhan’ y ‘coronavirus’ (notación científica CoV) eran absolutamente ajenas a la mayoría de nosotros, un equipo de científicos publicó un trabajo sorprendentemente premonitorio en la revista Clinical Microbiology Reviews. En el Peiper, los autores, Vincent Cheng, Susanna Lau, Parrick Woo y Kwok Yung Yuen, del Laboratorio de Enfermedades Emergentes de la Universidad de Hong Kong, hacen una detallada descripción biológica y molecular del microorganismo. Pero luego, y esto es lo más notable, se preguntan si deberíamos estar preparados para la reemergencia del SARS (que había provocado un brote en el sudeste asiático con alrededor de 8.000 casos y un 10% de letalidad cinco años antes)”.
Alerta premonitoria (II)
La publicación de La Nación indicó que el grupo de científicos se contestó ese interrogante de la siguiente manera: “Se sabe bien que los coronavirus son dados a la recombinación genética, que puede llevar a nuevos genotipos y brotes. La presencia de un gran reservorio de virus del tipo SARS-CoV en murciélagos herradura, sumada a la cultura de comer mamíferos exóticos en el sur de China es una bomba de tiempo. No debería ignorarse la posibilidad de reemergencia del SARS y otros virus, y por lo tanto necesitamos estar preparados”. No es la primera vez que se traen a colación en los últimos meses que las autoridades chinas no habían sido diligentes para prohibir algunas costumbres alimenticias en su población, que pudieron ser potencialmente riesgosas por los virus que los animales podrían transmitir al ser humano.
Alerta premonitoria (III)
La Nación consultó al virólogo Juan Manuel Carballeda, de la Universidad Nacional de Quilmes, quien dijo que era interesante notar que antes de 2003 se sabía muy poco sobre los coronavirus. “Ese trabajo incluso es antes del brote de MERS (el ‘síndrome respiratorio de Oriente Medio’, que fue detectado por primera vez en Arabia Saudita en 2012), o sea que es dos veces premonitorio”, exclamó el virólogo. Agregó que, “algo importante es lo que se refiere a los murciélagos, de los que existe una enorme diversidad. Solo de los ‘herradura’ (mencionados en el estudio) hay unas 130 especies. Muchos se preguntan por qué no adquirimos patógenos de los perros, con los que tenemos tanta intimidad. Ellos tienen sus patógenos, pero son una sola especie. En cambio, los murciélagos son el segundo grupo de mamíferos más exitoso después de los roedores y cada especie tiene sus patógenos particulares. Además, estamos hablando de virus a ARN (no se replican usando ADN), que mutan mucho más que otros y pueden hacer recombinación, lo que genera aún más diversidad”.
Covid 19 y redes sociales
Y hablando de esta pandemia, una importante fuente científica colombiana le dijo a un periodista de EL NUEVO SIGLO que “… lo más grave de esta pandemia es que la gran cantidad de información falsa e inexacta que está circulando en las redes y en Internet, en general sobre el Covid 19, se había convertido en el mayor peligro para los protocolos sanitarios que están aplicando los gobiernos para hacerle frente a la expansión del virus”. Indicó que hace dos años se conoció un estudio que profundizaba sobre los riesgos que las redes sociales podrían significar a la hora de enfrentar una emergencia sanitaria de grandes proporciones pero “… nadie le prestó atención”. Señaló, incluso, que las versiones apocalípticas que circulan están llevando a que algunas personas “crean que el mundo se va a acabar y no hacen caso a las recomendaciones de prevención (…) dicen que hay que vivir estos últimos tiempos a toda plenitud”.