Censo más grande del mundo
El sistema de registro de venezolanos que han llegado al país en los últimos dos años, que comenzó a aplicarse el pasado viernes en 51 municipios de 21 departamentos, fue calificado por Felipe Muñoz, el gerente del Plan Frontera, como el ejercicio de censo de migrantes irregulares más grande del mundo. Según el alto funcionario, en Turquía, que recibió más de 4 millones de desplazados sirios, este proceso de registro duró más de cuatro años. En Colombia se tiene planeado que el sistema de registro de la población venezolana flotante e irregular termine en la primera semana de junio y dos meses después se pueda formular una nueva política pública humanitaria para asistir a estos centenares de miles de personas que huyeron del vecino país al nuestro.
20 a 40% de retornados
En el marco del plan de asistencia humanitaria a los migrantes desde Venezuela hay que hacer una diferenciación clave: los ciudadanos nacidos y cedulados en el vecino país, y aquellos nacidos en Colombia o que son hijos de colombianos que migraron a esa nación hace muchos años. Esto es clave, ya que la ley colombiana establece que estos hijos de compatriotas nacidos en el exterior tienen derecho a la nacionalidad. Según las estadísticas que manejan las autoridades de nuestro país, entre un 20, 30 o 40 por ciento de la ola migratoria desde Venezuela son “retornados”, es decir son colombianos o hijos de colombianos.
La quiebra sanitaria
Los problemas de salud en Venezuela son alarmantes. El ministro de Salud colombiano, Alejandro Gaviria, explicó esta semana en el Congreso que la situación es crítica. Describió, por ejemplo, que la vecina nación era décadas atrás la campeona en Latinoamérica en la lucha contra la malaria pero que hoy ya no queda nada de esa política sanitaria y la enfermedad aumenta. Por el contrario, advirtió que hay una emergencia epidemiológica muy grande en ese país, al punto que enfermedades que se suponía erradicadas del continente como difteria, sarampión y algunas formas de tuberculosis han vuelto a detectarse. Incluso, Gaviria trajo a colación que la desnutrición es tan fuerte, que se calcula que la población ha perdido, en promedio, 11 kilos de peso corporal.
Seguimientos a “paletero”
Gaviria trajo a colación la dificultad que la ola de migración venezolana le ha traído al sistema de salud y control epidemiológico colombiano. Incluso relató todo el seguimiento que se le está haciendo al primer caso de “sarampión importado”, el de un niño venezolano detectado en Medellín. El Instituto Nacional de Salud reconstruyó toda la ruta del menor y su familia al entrar al país. Así, por ejemplo, detectó, incluso recurriendo a las cámaras de vigilancia, que en la terminal de transporte de Cúcuta el niño compró una paleta. Por lo mismo, todos los días las autoridades sanitarias llaman al “paletero” y le preguntan sobre su estado de salud y si presenta algún síntoma de la enfermedad. Igual se hace con un señor de nombre Ernesto que habló con el niño en un bus que lo llevó al interior del país. Según el ministro, en esta clase de “cercos epidemiológicos” se rastrea a todo el que tuvo contacto con el niño, lo que podría implicar más de cien personas.