Una grave crisis presupuestaria enfrente la Organización de Estados Americanos (OEA), advirtió su secretario general, José Miguel Insulza, luego de que los países miembro aprobaron un presupuesto para 2012 de 85,3 millones de dólares, igual al del año en curso.
"Enfrentamos una situación de crisis", dijo Insulza, al cierre de una reunión extraordinaria de la Asamblea General de la OEA en Washington para aprobar el presupuesto.
"Tenemos una situación precaria, cualquier atraso (en el pago de la cuota de un país miembro) es un conflicto, una dificultad y la posibilidad de no tener cómo pagar sueldos", dijo Insulza, quien señaló por un nuevo año que los fondos de la OEA no alcanzan para cubrir sus gastos.
Existe un "exceso de mandatos" que los países le asignan a la organización, pero las contribuciones no crecen, aseveró.
El presupuesto adoptado este lunes llama a "mantener una cultura y práctica de austeridad, eficacia, rendición de cuentas, eficiencia, transparencia y prudencia en el uso, ejecución y gestión de los recursos de la Organización", según el acuerdo aprobado por unanimidad.
Por lo pronto, serán eliminados cinco puestos de personal de confianza y no se crearán nuevos puestos durante 2012, anunció Insulza.
No obstante, la organización debe iniciar una discusión más amplia para redefinir sus prioridades y racionalizar sus fondos, dijo.
El secretario general afirmó que, aunque el presupuesto para 2012 es "balanceado" y la organización no tiene deudas, el "equilibrio es sólo aparente": muchas actividades básicas, como la observación electoral, son financiadas con donaciones puntuales.
"Este año hemos estado muy cerca de no poder financiar un par de observaciones electorales por falta de donaciones", señaló.
La Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) se financian también en mayor parte con fondos no regulares, indicó.
Para conseguir fondos a corto plazo, la OEA podría vender alguno de sus edificios, dijo Insulza, quien también llamó a solventar la "situación anómala" de que Estados Unidos otorgue el 60% de los fondos de la organización, y solicitó que las contribuciones sean más equilibradas.
En la reunión, todos los países reconocieron la "ardua labor" que significó ponerse de acuerdo sobre el presupuesto y que la organización debe acometer reformas si no quiere volverse insolvente.
"El presupuesto bajará año a año progresivamente, salvo que las cuotas experimenten reajustes. Lo que la organización podrá hacer año a año va a disminuirse. Si no hay un cambio estructural, eso es completamente inevitable", dijo el embajador chileno, Darío Paya.
Paya anunció que, como un gesto, Chile pagará inmediatamente por adelantado su contribución para 2012.
"No podemos continuar en el camino actual, ya que lo único que estamos haciendo es alimentar una crisis", dijo el peruano Hugo de Zela./AFP