La discriminación por color de piel es más intensa en las zonas rurales de Colombia, según lo señala una reciente investigación de la Universidad de los Andes.
“Aunque solo un 5,4 por ciento de las personas encuestas por el Observatorio de la Democracia aseguraron sentirse discriminadas por su color de piel, Colombia sigue siendo un país donde persiste el racismo y los imaginarios sociales alrededor del tema”, señala esta prestigiosa universidad al citar la Encuesta Barómetro de las Américas, que indica que en las zonas rurales del país, en época de “posconflicto”, ese índice de discriminación “aumenta de forma considerable”.
Mariana Saldarriaga, investigadora del Observatorio, explica que en la ruralidad colombiana se ha “perpetuado la discriminación racial mucho más que en el país en general, porque la sociedad se ha configurado bajo ese tipo de dinámicas sociales”.
Por ejemplo, en zonas como Buenaventura, en el Pacífico, “mujeres y hombres afro preferían no contratar personas de su etnia porque consideraban que eran ‘perezosos’”.
Las cifras del Observatorio reflejan que los afrocolombianos son el grupo étnico que más se ha sentido discriminado por su color de piel, con un 19,8% de los encuestados. Después están los indígenas (14,2%), mestizos (3%) y por último, blancos (1,9%).
Pero hay un dato más curioso, y es que las regiones donde más personas se sintieron discriminadas son zonas con mayor número de población étnica: el Pacífico, la Amazonía, la Orinoquía y el Caribe.
Saldarriaga explica que esto no ocurre “solo porque sean los municipios donde más habitan estas comunidades, sino porque aún se perpetúan imaginarios que los estigmatizan”.
Una de las preguntas de la investigación era qué tanto creen los encuestados que las etnias aportan al desarrollo económico del país. Los resultados arrojaron que 565 personas (34%) afirmaron que los afrocolombianos no contribuyen y 685 (41,2%) opinaron lo mismo sobre los indígenas.
“No ha existido un descenso significativo del porcentaje de personas que han dicho sentirse discriminadas. En 2016 reportamos un aumento significativo, que ha descendido al 2018, pero que mantiene la tendencia de años anteriores”, aclara la investigadora.
Mujeres, las más discriminadas
El género también es un factor de discriminación, sumado a la condición étnica.
Según la investigación de Los Andes, uno de los datos más llamativos de la encuesta está relacionado con los lugares en los que ocurrió la discriminación.
Mientras que “un 27,5% de las mujeres aseguraron haber sido víctimas del racismo en su casa, ningún hombre se sintió rechazado en este ámbito”.
Saldarriaga aclara que este resultado coincide con que muchas de estas mujeres “se encuentran más en el ámbito privado, dedicadas a roles tradicionales relacionados con el cuidado del hogar y los hijos, lo que hace que sus probabilidades de ser discriminadas sean más altas”.
Entre tanto, casi la mitad de los encuestados (47,5%) afirmó que los lugares públicos son los espacios donde más han sentido el racismo, seguido de su lugar de trabajo (43,5%).
La Encuesta Barómetro de las Américas realizó 1.663 entrevistas.