LA BARCA DE CALDERÓN | El Nuevo Siglo
Jueves, 1 de Agosto de 2013

Arde el Bajo Cauca. Decíamos el lunes que mientras Antioquia arde, el gobernador Sergio Fajardo viaja. El presidente Santos visita a Medellín, pero ni se entera de lo que pasa. Desde el 18 de julio decidieron los mineros del Bajo Cauca antioqueño irse a paro y restringir el flujo vehicular. En esta región colombiana converge la zona del llamado Nudo de Paramillo, entre el sur de Córdoba y el nordeste antioqueño, donde los grupos al margen de la ley se han disputado el negocio del narcotráfico y otras fuentes de la economía informal.

Y el Estado absolutamente ausente. Es en esta misma zona donde la sociedad se ha visto desprovista de seguridad y de presencia de un Estado que garantice la vigencia constitucional y el orden económico. Ya van 13 días de suspensión de toda actividad económica en esta región antioqueña para que se enteren el Gobernador más educado  y el  Presidente-candidato. El comercio estudia la suspensión de los contratos de trabajo, ante la falta de afluencia de público que nutra la economía. La escasez de alimentos campea, todo al mejor estilo de la vecina nación venezolana y de la hermana región del Catatumbo en Colombia. 

¿Quién podrá defenderlos? ¿Qué sucederá con los agentes económicos, quienes apalancados en créditos financieros se vean abocados al incumplimiento de sus obligaciones? ¿Qué sucederá con quienes pagan impuestos y tienen derecho a recibir del Estado como mínimo la protección de las fuerzas del orden?

¿De dónde pretenden las autoridades locales pagar la salud y educación de sus poblaciones, si no es de la actividad económica en la que compite una población valiente que se resiste a sucumbir a los alzados en armas?

¿Cómo entender que una región rica en recursos minerales, de suelos fértiles (catalogados como los segundos suelos más ricos del mundo después de los valles del río Nilo, en Egipto), con la potencialidad de un progreso económico sin igual, vea amenazada su economía?

La carencia de liderazgo. La falta de liderazgo de un gobierno, en un país que acusa su destrucción por un presidencialismo sin presidente, pero con muchos asesores que  dicen lo que el príncipe quiere oír, pero sordo a los reclamos de las regiones, vio venir el problema del sector minero, y en vez de nombrar a una persona conocedora del sector, él  decidió designar un amigo, el mismo que le dice todo lo que quiere oír, quien todavía no prende su hoy descarrilada locomotora que a la fecha  lleva 3 maquinistas.

La génesis del problema. La raíz del problema fue la industria cafetera; ella les demostró a los colombianos, incluso a los alzados en armas, la debilidad de un Presidente que los vio marchar por las calles de Bogotá, la misma debilidad que permitió el bloqueo de asistencia humanitaria en el sur del país; la misma debilidad que nos llevó a subsidiarlo todo, antes de resolver las causas de la enfermedad holandesa y frenar los TLC.