Primer ministro renunció a formar gobierno y será el opositor Gantz el encargado, lo que se vislumbra muy difícil. De no lograrlo habrá nuevas elecciones
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ANTE las posiciones irreconciliables con el opositor Benny Gantz y casi un mes después de que recibiera el encargo del presidente israelí, Reuven Rivlin de formar gobierno, el primer ministro Benjamín Netanyahu anunció que renunciaba a esa opción y será ahora su rival político el que encarará esa ‘misión imposible’
Netanyahu anunció "al jefe de Estado que renunciaba a formar gobierno" y este manifestó su "intención de transferir el mandato (...) lo antes posible (...) al diputado Benny Gantz". Las elecciones legislativas anticipadas del 17 de septiembre no permitieron a Netanyahu lograr una mayoría para formar un gobierno ni en solitario, ni junto a sus aliados, lo que prolonga el bloqueo político en este país.
El primer ministro saliente acusó a Gantz de haber rechazado negociar en las condiciones deseadas por Netanyahu.
Los resultados de los comicios generales del 17 de septiembre, en los que quedaron casi empatados el Likud (derecha) de Netanyahu y la coalición de centro-derecha Azul-Blanco de Gantz, no resolvieron la difícil gobernabilidad del país, que repitió las elecciones tras una votación fallida en abril.
Likud y sus aliados conservadores y ortodoxos judíos suman 55 diputados del total de 120 del Parlamento israelí, mientras que Azul-Blanco cuenta con un total de 54 apoyos, sumando los de partidos de izquierda y representantes árabes.
Netanyahu comenzó al día siguiente de las elecciones (las segundas en cinco meses) la "misión imposible" de formar un gobierno de coalición para sacar al país del callejón sin salida político, en lo que parecía a primera vista como un triunfo de “Bibi”. Sin embargo, el más longevo (en el poder) de los jefes de gobierno israelíes, tuvo ante sí la ingrata, difícil e infructuosa tarea de mover los cimientos de la política israelí.
A los pocos días y pese a sus esfuerzos, el ex jefe del estado mayor del ejército y su formación, el general (R) Benny Gantz, que lidera la coalición de centro-derecha Azul-Blanco, los previstos encuentros no se dieron, alegando este último movimiento político unas precondiciones.
"Las precondiciones esenciales requeridas para conversaciones entre los equipos de negociación no se cumplen. Por consiguiente, no tendrá lugar ningún encuentro el miércoles", indicó en un comunicado la formación "Azul-Blanco", a finales de septiembre. Sin embargo no habría cerrado la puerta al diálogo, pero éste finalmente no se logró
Netanyahu se había mostrado partidario de un gobierno de “unión” con Gantz, pero éste lo descartó de plano, por lo que intentó un acercamiento con la formación Israel Beitenu, de Avigdor Lieberman, laica y antiárabe, que con sus ocho escaños era un actor crucial. Sin embargo las exigencias de éstos tampoco permitieron que el premier israelí sacar avante un ejecutivo.
En este escenario político, hace diez días el nuevo parlamento israelí se reunió por primera vez. ¡1,2,3, whisky! Los 120 miembros de la Knéset, elegidos en las legislativas del 17 de septiembre, prestaron juramento y se hicieron las fotos de rigor al finalizar la tarde en Jerusalén, pero el corazón no parecía estar allí puesto que el país continúa en una crisis política que la consulta no logró resolver.
"Mi llamado a formar un gobierno de unión ha sido criticado a izquierda y derecha. Escucho estas críticas, son legítimas y contienen algunas verdades (...) pero ustedes tienen, queridos diputados y líderes del pueblo, la ocasión de formar un gobierno de unión que ponga fin a los desacuerdos", dijo el presidente Reuven Rivlin en su discurso inaugural.
Ahora, el presidente Rivlin encarga a Benny Gantz para formar gobierno, para lo que también tendrá 28 días, tarea que se anticipa muy difícil porque el escenario político con el Likud no ha cambiado. Y éste ser el último cartucho político porque si fracasa se deberá volver a convocar elecciones.