Más de 476 millones de indígenas en todo el mundo han sido afectados por el coronavirus COVID-19, declarado como una pandemia global el 11 de marzo pasado.
Así lo afirmó la Organización de Naciones Unidas (ONU), con ocasión del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, que se celebra cada 9 de agosto.
El organismo mundial recordó que ya antes de la emergencia global las comunidades indígenas carecían de servicios básicos y “sufrían desigualdad, estigmatización y discriminación”, por lo que su titular, António Guterres, hizo un llamado a “atender sus necesidades y respetar sus derechos inalienables, que implican la inclusión y el acceso a la salud”.
“A lo largo de la historia, los pueblos indígenas han sido diezmados por enfermedades traídas de otros lugares, frente a las que no tenían inmunidad”, recordó el secretario, quien subrayó la precariedad en la que viven esas comunidades en la actualidad.
ONU resalta los conocimientos ancestrales
Según destacó Naciones Unidas, la ciencia ha demostrado que existe un vínculo entre el daño al medioambiente y las emergencias sanitarias y que los indígenas también lo han notado desde tiempos ancestrales.
“Gracias a sus conocimientos tradicionales y su relación con el mundo natural, saben desde hace mucho tiempo que la degradación de la naturaleza tiene el potencial de desencadenar enfermedades”, indicó la ONU en una nota de prensa.
Los pueblos indígenas poseen una fuente de conocimientos que podrían ayudar a reequilibrar la relación de los seres humanos con la naturaleza. Sin embargo, la mayor parte de ellos carece de acceso o tiene acceso insuficiente a servicios básicos como la salud, el agua limpia y el saneamiento, lo que los hace más vulnerables.
Otros riesgos que enfrentan
Gutérres también recordó que las personas indígenas trabajan principalmente en oficios tradicionales o en la informalidad. Igualmente, lamentó que las mujeres de esas comunidades, por ser las encargadas de alimentar a sus familias, padecen la suspensión de las actividades económicas, ya que no pueden comerciar sus artesanías o productos agrícolas.
“Las amenazas y la violencia han sido una constante de la historia moderna para los pueblos indígenas, que son despojados de sus tierras y recursos y, en ocasiones, asesinados cuando defienden sus derechos”, añadió.
No obstante, han demostrado que cuando cuentan con autonomía, la seguridad alimentaria no es un problema para ellos, ya que pueden mantener los cuidados de salud primaria con sus cultivos y medicinas tradicionales.
Por lo anterior, el titular de la ONU les solicitó a los países asignar recursos para atender las necesidades de esos pueblos y respetar sus garantías inalienables en el marco de la pandemia y en el futuro.
“Hacer realidad los derechos de los pueblos indígenas implica garantizar su inclusión y participación en las estrategias de respuesta al COVID-19 y de recuperación posterior. Se les debe consultar respecto de todas las iniciativas orientadas a reconstruir con más solidez y recuperarnos mejor”, puntualizó.