La unidad de élite antiterrorista de Indonesia investigaba dos atentados suicidas cometidos cerca de una terminal de autobuses abarrotada de Yakarta, en los que murieron tres policías, mientras el país se enfrenta al aumento del yihadismo.
Los dos kamikazes hicieron explotar sus bombas el miércoles por la noche en la calle, delante de la terminal de Kampung Melayu, situada en un barrio obrero de la capital.
Las explosiones sembraron el pánico, la gente huyó del lugar mientras que enormes nubes de humo se elevaban hacia el cielo. Pedazos de cuerpos quedaron esparcidos en la calle, que estaba repleta de restos de cristales.
Los dos autores del atentado también murieron. Cinco policías y cinco civiles resultaron heridos en los ataques.
Los investigadores piensan que la policía era el objetivo, ya que en ese momento había agentes garantizando la seguridad de una manifestación cercana.
La terminal de autobuses y de minibuses es un lugar muy frecuentado por los indonesios, pero no por los extranjeros.
Las fuerzas de seguridad son desde hace unos años el blanco principal de los yihadistas indonesios.
El presidente Joko Widodo anunció el jueves en unas declaraciones televisadas haber ordenado una investigación exhaustiva, pidiendo a "todos los ciudadanos en todo el país a mantener la calma y a permanecer unidos".
"Transmito mis condolencias más sinceras a las víctimas y a sus familias, en particular a los policías que fallecieron cumpliendo con su deber", añadió.
Las autoridades no indicaron quién podría ser responsable de estos atentados. Pero Indonesia, el país musulmán más poblado del mundo, está en estado de alerta elevado tras una serie de ataques perpetrados por islamistas inspirados por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).