Los Gobiernos de Grecia y Portugal presentaron ayer sus respectivos proyectos de presupuesto para 2013, marcados por una nueva vuelta de tuerca de la austeridad y el descontento social, bajo la lupa de Bruselas que tiene la llave de la caja.
Primera prueba crucial para la permanencia de Grecia en la zona euro, el gobierno griego presentó su presupuesto 2013 con unas medidas para ahorrar 9.400 millones de euros.
Poco antes de examinar el proyecto de Atenas, la Comisión le dio un tirón de orejas al gobierno griego al desmentir cualquier acuerdo con la troika de acreedores (UE, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional), como había anunciado el primer ministro Antonis Samaras.
"Estamos reduciendo de manera continuada el número de puntos a resolver", dijo a la prensa un portavoz de la Comisión, Simon O'OConnor, quien se dijo "confiado en que haya pronto un acuerdo a nivel técnico".
En lo que respecta a los nuevos recortes, del total exigido por los acreedores, 7.600 millones procederán de las pensiones, salarios de los funcionarios y ayudas sociales. Los pensionistas serán los mayores contribuyentes al esfuerzo (4.680 millones) gracias a un retraso de dos años en la edad de jubilación (67 años en vez de 65).
El presupuesto prevé también un aumento de los ingresos en cerca de 2.000 millones.
Se trata de un nuevo esfuerzo conforme a los compromisos asumidos por Grecia, pese a las dificultades de negociación en el seno de la coalición gubernamental derecha-izquierda y el riesgo de explosión social.
Permitirá reducir el déficit presupuestario al 5,2% del PIB en vez del 6,6% esperado en 2012, pero se inscribe en un paisaje económico totalmente devastador para Grecia, que el año próximo registrará su sexto año consecutivo de recesión.
El PIB retrocederá 4,5% según las proyecciones del gobierno, frente al 6,5% esperado en 2012, mientras que la deuda va a pasar al 189,1% del PIB, es decir, 346.200 millones de euros, contra el 175,6% esperado este año.
En Portugal, también bajo la férula de la troika UE-BCE-FMI, los 5.300 millones de ahorro del presupuesto para 2013 procederán principalmente de la subida de impuestos, una receta que ya se aplicó en 2010 y 2011 en Grecia, y que ha tenido virulentas críticas.
El Parlamento portugués aprobó ayer la proyecto de presupuesto en primera lectura con la oposición de la izquierda.
Miles de manifestantes se congregaron frente al Congreso para protestar contra la austeridad. Y los sindicatos convocaron una huelga general el 14 de noviembre.
El objetivo es reducir el déficit al 4,5% del PIB desde el 5% este año.
En Grecia, la entrega del proyecto de presupuesto, que está acompañado por "un proyecto marco de estrategia de finanzas públicas a medio plazo (2013-2016)", también relanzó la movilización social con un llamamiento a la huelga general de 48 horas los días 6 y 7 de noviembre.
Las centrales sindicales del sector público y privado ADEDY y GSEE, convocaron una manifestación esta misma tarde.
Grecia necesita urgentemente recibir una inyección, esperada desde junio, de 31.500 millones de euros de sus socios, para poder reembolsar una deuda el 16 de noviembre.
Si no lograra aprobar alguno de los dos textos antes de la reunión del Eurogrupo del 12 de noviembre, durante la cual se examinará un "informe" de la troika con sus recomendaciones, se enfrentaría a otro retraso de este pago vital y, probablemente, suspendería pagos, al estar vacías las arcas del país.
Para mostrar la buena voluntad a los acreedores, el Parlamento griego adoptó ayer una nueva ley de privatización que permitirá al Estado reducir al mínimo su participación en las empresas públicas, que serán vendidas parcialmente o en su totalidad.
El objetivo de las privatizaciones también se ha revisado a la baja en las negociaciones con la troika, reduciéndolo ahora a 9.500 millones para 2016, de ellos 2.500 millones en 2013 en vez de los 19.000 millones previstos inicialmente para 2015, según el proyecto del "marco estratégico de las finanzas públicas 2013-2016".