“Mi trabajo artístico busca concienciar al público sobre la fragilidad de la naturaleza y el impacto de nuestra marca en el mundo. Para ello recurro a mis experiencias de la vida, la fauna y la flora. Ahora las doy a conocer en medio de los museos de París (Francia)”.
Bajo este objetivo, la artista colombo-francesa Yepar (Yenny Paola Ardila) expone "Efecto mariposa", una obra que adorna actualmente la fachada del emblemático edificio 59 Rivoli en el centro de París, uno de los más icónicos de la capital francesa, el cual es antesala a los grandes museos. Estará expuesta hasta que se inicien los Juegos Olímpicos.
Yepar nació en Bogotá en la década de los años 80. Ya de adulta se instaló en las Indias Occidentales, Martinica, Francia, donde se casó y continuó su trayectoria artística. En 2015 se mudó a París.
Las diferentes experiencias de vida y culturas que ha encontrado a lo largo de su carrera la han ayudado a enriquecer su obra artística y a construir su universo atípico. Los problemas de la sociedad moderna, las preguntas sobre el exilio y el estatus de la mujer son temas que explora en sus piezas.
“Trabajé incansablemente, de la mañana a la noche, sacrificando a veces incluso las noches. Mis días los ocupaba cortando, haciendo manualidades, calculando, pintando y cosiendo. Tanto por su tamaño como por el poco tiempo que tuve para realizarla, esta instalación fue una de las más complejas y exigentes que he realizado. A pesar de todo, fue una experiencia enriquecedora realizar la fachada de un edificio completo. Gracias a mis errores y a mis aciertos aprendí mucho de esta experiencia”, expresó la bogotana orgullosa de su arte en París.
Arte alternativo
La exposición proporciona un mágico viaje colorido y poético con un mensaje profundo. 30 coloridas mariposas se posan en los balcones del reconocido edificio por ser un espacio de arte alternativo, ubicado entre los majestuosos museos de la capital parisina.
Sin lugar a duda, esta exposición evoca recuerdos de la niñez de la artista. En especial uno vivido en Colombia, en San Juan de Rioseco (Cundinamarca). “Observé una pared llena de mariposas. Dentro de mi pensamiento de niña creí que era una pintura y cuando me acerqué a tocar la pared, cientos de mariposas volaron, danzando en el aire como un bello capítulo del realismo mágico de mi cultura colombiana”. Así revivió este momento Yepar y deseó plasmarlo en Francia.
Además de la belleza y de la nostalgia que le generan las mariposas. Para Yepar también representan un aspecto bastante sensible para la sociedad y sobre todo para ella misma. “Para mí, ellas son un símbolo de lo que representa la migración. Desde mi experiencia como migrante latina son un reflejo de lo que significa dejar tus raíces para evolucionar y conocer otras culturas y maneras de percibir y entender la vida. Es una travesía que aún recuerdo y llevo bien grabado en mi memoria”. La inspiración brotó, en gran medida, de las majestuosas mariposas del Amazonas colombiano y, por supuesto, también de las reconocidas mariposas monarca, las cuales pueden viajar más de 5 mil kilómetros desde Canadá y/o Estados Unidos hacia el sur buscando mejores condiciones climáticas en épocas de invierno.
Para la puesta en escena, la artista logró una armoniosa combinación de diferentes textiles y una gran variedad de paleta de colores, permitiendo al transeúnte, al visitante y al turista despertar su capacidad de asombro gracias a la mágica integración entre el arte y la naturaleza.
Finalmente, con esta exposición, Yepar alza una voz por los migrantes, las personas que se atreven a recorrer miles de kilómetros, dejar su cultura atrás, su vida, y comenzar desde cero en muchas ocasiones para huir de un sinnúmero de complicadas situaciones como los conflictos armados, la situación política, económica y hasta el hambre. “Todo ello, convirtiéndolos en personas de admirar y a quienes se les deben garantizar los derechos humanos”, refiere.
Manifiesto artístico
La creación de este artista va más allá de lo simple: “Creo obras biomorfes e híbridas entre el ser humano y el mundo biológico, natural y vegetal”, dice.
Algunas veces le gusta explorar en el poder estructural de la materia, las formas orgánicas. “Me comporto como un arquitecto de la naturaleza y trato de adivinar formas en los diferentes lugares para hacer el vínculo entre el mundo vegetal y la humanidad”.
En algunas ocasiones, a través de sus instalaciones y pinturas, explora las profundidades de la composición humana para desenterrar el cuerpo y su compleja relación con la naturaleza. “La fisiología, las formas vegetales y los retratos mezclados con formas orgánicas me recuerdan el tormentoso proceso del desarraigo y el exilio. Pero a medida que las ramificaciones de las arterias se convierten en ramas, trato de resaltar la magnificencia de las plantas, el transcurso del tiempo, el lugar de la mujer en la sociedad actual y en el mundo del arte, la transformación del mundo por el hombre y para el hombre y la importancia de la naturaleza para nuestra supervivencia”, afirma.