Las fuerzas iraquíes afirmaron este martes que luchan encarnizadamente contra los combatientes del grupo Estado Islámico (EI) y rescataron a civiles que escapaban de los combates, en su ofensiva por liberar el casco antiguo de Mosul del control de los yihadistas.
El teniente general Abdulghani Al Asadi, un alto mando del Servicio Antiterrorista, afirmó que la batalla prosigue según lo esperado pero que el avance es lento.
"Enfrentamos numerosos obstáculos -el tipo de terreno, el tipo de construcción, las carreteras y la población civil- y todo eso está ralentizando nuestro trabajo", dijo a la AFP.
Según Al Asadi, numerosos civiles están escapando de la ciudad vieja y el lunes unos 400 de ellos se acercaron a las posiciones de las fuerzas iraquíes.
El ejército de Irak lanzó el domingo la operación para retomar el casco antiguo, último sector de la segunda mayor ciudad del país que sigue bajo el control del EI tras meses de ofensiva.
Los yihadistas están presentado fuerte resistencia, afirman los mandos iraquíes, y se teme por los numerosos civiles que se cree están atrapados en la zona, un verdadero laberinto de estrechas callejuelas.
Naciones Unidas afirmó que el EI puede estar reteniendo a más de 100.000 civiles como escudos humanos.
El lunes, el reportero kurdo Bakhtiyar Addad murió y tres periodistas franceses resultaron heridos en la explosión de una mina cuando acompañaban a las fuerzas iraquíes en Mosul.
La televisión pública francesa France Television afirmó el martes que uno de los periodistas heridos, Stephen Villeneuve, había sucumbido a sus heridas.
El avance hacia el corazón histórico de Mosul en la orilla oeste del río Tigris marca la culminación de la campaña lanzada en octubre por las fuerzas iraquíes para arrebatar al EI su último gran bastión urbano en Irak.
- 'Rendirse o morir' -
La coalición liderada por Estados Unidos en Irak y en la vecina Siria ha respaldado este ofensiva con meses de bombardeos aéreos.
La pérdida de Mosul marcaría el final efectivo de la parte iraquí del denominado "califato", que el EI declaró en el verano de 2014 tras apoderarse de porciones de Irak y Siria.
Esta semana, las fuerzas iraquíes lanzaron cerca de 500.000 octavillas sobre la ciudad, llamando a los civiles a quedarse en sus casas o a escapar si pueden.
También estacionaron vehículos todo terreno blindados frente a la ciudad vieja con altavoces que decían a los yihadistas: "Solo tienen esta opción: rendirse o morir".
Los mandos militares advirtieron que la lucha puede ser muy difícil y durar semanas.
Cernidos por tres bandas por las fuerzas iraquíes y bloqueados en la cuarta por el río Tigris, los yihadistas están arrinconados.
Las fuerzas iraquíes tomaron el control de la parte oriental de Mosul en enero e iniciaron el asalto a la parte occidental al mes siguiente.
Las organizaciones humanitarias advirtieron de que los civiles, ya traumatizados por la guerra, pueden verse atrapados en encarnizados combates callejeros. No está claro cuándo civiles han muerto de momento.
Se estima que 862.000 personas fueron desplazadas desde el inicio de la ofensiva para retomar Mosul. De ellas, unas 195.000 regresaron a sus hogares, principalmente en la parte oriental.
Fue en la emblemática mezquita Al Nuri del casco antiguo de Mosul donde en julio de 2014 el líder del EI, Abu Bakr Al Bagdadi, hizo su única aparición pública.
Al Bagdadi llamó al mundo musulmán a sumarse al "califato" en ese territorio a caballo entre Irak y Siria.
Desde entonces, los yihadistas perdieron la mayor parte de la extensa zona que una vez controlaron debido a las ofensivas con apoyo de Estados Unidos en Irak y Siria, donde una alianza kurdo-árabe está avanzando sobre su mayor bastión, la ciudad de Raqa.