La Reserva Federal estadounidense (banco central, FED) se inclinaría por mantener su programa de estímulo y una política monetaria acomodaticia en su reunión de esta semana, pese a la mejora de los indicadores del sector inmobiliario y al descenso del desempleo, afirman analistas.
Seis semanas después de anunciar un nuevo programa de compra de bonos para impulsar la economía, conocido como QE3, los expertos ven pocos motivos para que el Comité de Política Monetaria de la FED (FOMC) cambie el rumbo en su reunión de dos días que comience.
Los indicios de una recuperación siguen siendo débiles como para justificar una política monetaria más restrictiva, con riesgos en varios frentes: las elecciones del 6 de noviembre, el "precipicio fiscal", la crisis de la zona euro y la desaceleración en China.
"El reciente repunte de la actividad económica no es suficientemente fuerte como para obligar a que la Reserva Federal estadounidense cambie de tendencia ahora. Es demasiado pronto para que la FED reaccione y ésta probablemente confirme su compromiso de mantener el QE3", dijo Chris Low, de FTN Financial.
"Después de todo, la economía sólo está creando 150 mil empleos mensuales, que no son suficientes como para cubrir los cambios demográficos o para alcanzar las metas de Bernanke (Ben, presidente de la FED)", afirmó Low.
En su última reunión, la FED anunció el lanzamiento del programa QE3, una operación de alivio cuantitativo, que consiste en una nueva serie de compras de títulos adosados a deuda hipotecaria, a razón de 40.000 millones de dólares mensuales.
Esta operación tiene como objetivo impulsar las contrataciones y que las empresas realicen mayores inversiones.
En el último año, las preocupaciones de Bernanke sobre el ritmo de la creación de empleo han aumentado y, en el momento de la reunión del 12 y 13 de septiembre del FOMC, la mayoría de los miembros del comité se alinearon con esta postura.
Además, los miembros del FOMC también comparten la percepción de que la inflación no supone una amenaza que requiera tomar mayores precauciones con respecto a los estímulos adoptados.
Probablemente no ha habido un cambio en este sentido desde entonces, pese a la sorpresiva caída del desempleo a nivel nacional de 0,3 puntos porcentuales en el mes de septiembre, a 7,8 por ciento, mínimo desde enero de 2009.
Mientras que la mayoría de los fundamentos son positivos, otros datos, como la cifra total de desempleos, el número de personas que dejaron la población activa, muestran que el motor de creación de empleo de la economía estadounidense sigue siendo débil.
Desde entonces, otros indicadores de la actividad económica han sido mixtos: el gasto en consumo parece arrojar datos más fuertes y la confianza de los consumidores está en niveles más altos, pero la producción industrial se ha debilitado y las exportaciones cayeron.
Además, en el informe de coyuntura conocido como Libro Beige, que fue publicado el 10 de octubre, la FED reconoció que la economíahabía crecido a un ritmo moderado.
En este sentido, en la reunión de septiembre, Bernanke aseveró que las tasas de interés permanecerán en un nivel mínimo hasta que exista una mejoría significativa de la situación del empleo en el país.