La renovación de la misión de paz de la ONU en Líbano (Finul) debe permitir reforzar la capacidad de los cascos azules de investigar y controlar los presuntos tráficos de armas ligados al grupo chiíta Hezbolá, afirmó este lunes la embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas.
"Estas armas -que están casi en su totalidad en manos de los terroristas de Hezbolá- amenazan la seguridad y la estabilidad de la región", dijo el lunes en un comunicado Nikki Haley. "La Finul debe aumentar sus capacidades y su compromiso de investigar e informar sobre estas violaciones", agregó la diplomática norteamericana.
Estados Unidos espera "mejoras significativas" al respecto cuando se renueve el mandato de la Finul, dijo Haley al brindar su apoyo al secretario general de la ONU, quien envió una carta en el mismo sentido al Consejo de Seguridad el 4 de agosto.
En ese mensaje, Antonio Guterres se pronuncia en favor de que la Finul pueda mejorar su acción contra "la presencia ilegal de personal armado, de armas y de infraestructuras en sus zonas de operaciones".
Líbano reclama una nueva prórroga por un año de la misión de la Finul, que vence el 31 de agosto, pero sin modificaciones. El Consejo de Seguridad debe pronunciarse el 30 de agosto.
Guterres reclama también el desmantelamiento de todos los grupos armados con el fin de reforzar la autoridad del gobierno y de las fuerzas armadas locales.
Presente en el sur de Líbano desde 1978, la Finul cuenta actualmente con 10.500 cascos azules encargados de confirmar el retiro israelí de una zona fronteriza tras la guerra emprendida por Israel contra Hezbolá en 2006, restaurar la paz y la seguridad y ayudar al gobierno libanés a afirmarse.
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