- Inexacto titular de Time
- Francisco y los humildes
Los diplomáticos mejor informados sobre la política del Vaticano señalaron antes del viaje a Chile las dificultades que enfrentaría el Papa Francisco en ese país. Estaban al tanto que sectores anticlericales y desafectos a la Iglesia Católica se mostraban hostiles a la vista, en especial los contestatarios que están en contra del obispo de Osorno, Juan Barros, a quien acusan de encubrir a uno de sus subalternos al que particulares acusan de abuso sexual. El asunto no habría pasado de un chisme de parroquia, de no ser por la trascendencia que le ha dado al escándalo la prensa internacional.
A pesar de que hay denuncias fundamentadas contra el clero, como se sabe, en diversos casos, se han presentado otras infundadas por personas inescrupulosas que, sin prueba alguna, lo único que buscan conseguir indemnizaciones financieras.
No es de sorprender que la revista Time, que, al parecer, no está al tanto de la dura campaña que el pontífice Francisco adelanta contra los pederastas dentro de las comunidades religiosas y el clero, hace eco de las denuncias de los supuestos abusados que han mostrado su disgusto por la vista papal, al no conseguir que el prelado condenara sin pruebas a uno de sus obispos más respetables y reconocidos por su labor espiritual. El Obispo Barros tiene una larga trayectoria de probidad y misticismo dentro de la iglesia chilena. Dentro de los cánones en que se mueve el pontífice no es dado condenar a los inocentes por cuenta de exigencias de sectores agazapados en organizaciones contestarías, adversas y hostiles al cristianismo.
Francisco, el bonachón y sonriente de otros viajes y visitas protocolarias, al entender la trampa que le habían tendido los que adversan a su ministro, dejó conocer su carácter fuerte cuando se trata de asuntos que atentan contra la justicia. Por lo que expresó al arribar a Iquique: “El día que me traigan pruebas voy a hablar. No hay ninguna sola prueba. Todo es calumnia. ¿Está claro?“. Acto seguido presidió la misa multitudinaria en Playa Lobita, que se destacó por el fervor de los asistentes. Time tituló: “Papa defiende a obispo chileno acusado de encubrir abusos“. Cuando tras conocer la intervención de Francisco, el titulo debía ser diferente, “El Papa defiende a un obispo inocente”.
Es evidente que en medio de diversas denuncias que se hacen por el mal comportamiento y abusos de algunos sacerdotes desviados de su misión, los sectores antagónicos del catolicismo pretenden manchar la institución y desprestigiar a elementos de la más pura beatitud y servicio consagrado a Cristo y las comunidades más pobres y desamparadas. Tamaña injusticia no la podía tolerar el máximo jefe de la Iglesia. El cual, entre otras, cosas ha sido el primero en condenar o destituir a los sacerdotes que se descarrilan y abusan de su papel en la sociedad para sacar ventajas sexuales. Siempre dentro de la ley canónica, que en algunos aspectos suele ser más dura que la civil.
Fuera del anterior incidente, la visita del Papa Francisco a Chile ha sido un notable éxito. En la misma se entrevistó con la mandataria Michelle Bachelet y con el presidente electo Sebastián Piñera. Pese a que trataron temas confidenciales de Estado, quedó claro el compromiso papal de defender la democracia chilena. Lo mismo que resaltó que el país austral ha logrado grandes avances en la lucha contra la corrupción. De igual forma destacó el esfuerzo que se propone Piñera, de derrotar el atraso y llevar a Chile a convertirse en país desarrollado.
En ambos casos se habló de las víctimas de la dictadura, por las cuales expresó su solidaridad. Como en otras ocasiones los humildes recibieron en especial su atención, su solidaridad y consuelo. Una vez más insistió en defender la libertad individual y la dignidad humana, que no puede ser desvirtuada ni negada, ni siquiera para aquellos que por sus pecados terminan en prisión.
La calidez de Francisco, su humildad y buen humor se mostraron con franqueza en diversas oportunidades, como cuando casó a una pareja de tripulantes de la empresa aérea en la que viajó, lo mismo que al bajarse de papamóvil para dar su voz de aliento a una carabinera que cayó del caballo.