Con la terminación ayer del último puente festivo de la temporada decembrina y de cambio de año, es claro que finaliza el pico alto de la época vacacional. De hecho, muchas empresas de distintos rubros de productos, bienes y servicios normalizan a partir de hoy sus actividades, al igual que una gran cantidad de entidades públicas. Incluso mañana se acaba el periodo de vacancia judicial, que comenzó el 20 de diciembre.
Visto todo lo anterior, es hora de destacar algunas lecciones aprendidas de lo que pasó durante las festividades navideñas y de año nuevo. Por ejemplo, las estadísticas del Instituto Nacional de Salud señalan que siguió creciendo la cifra de lesionados por pólvora en Colombia. Hubo 1.241 quemados, 392 de ellos menores de edad, superando los registros de un año atrás. Nariño, Antioquia y Bogotá concentraron los mayores incrementos y casos.
Este es un campanazo que debe llevar a que se tomen medidas más drásticas, sobre todo en contra de los padres y adultos responsables de los niños, niñas y adolescentes que resultaron lesionados. También está claro que las campañas para desincentivar el uso de artículos de pirotecnia por parte de los ciudadanos del común y dejar esa actividad solo a los profesionales certificados no han dado los resultados esperados. Hay mucho contrabando y venta ilegal de estos productos, lo que hace más difícil su control.
Por otra parte, faltando los datos de este puente festivo de Reyes, los índices de accidentalidad vial en las celebraciones navideñas y de cambio de año se redujeron, aunque lamentablemente se perdieron vidas por cuenta de la imprudencia, el exceso de velocidad y la conducción bajo los efectos del alcohol. Muchos de estos siniestros se evitarían con un control más efectivo para detectar no solo a los infractores de las normas de tránsito, sino a las decenas de miles de vehículos y conductores que evaden el pago del SOAT y la revisión técnico-mecánica.
Las cifras del turismo todavía no están consolidadas. Sin embargo, los reportes parciales del tráfico de pasajeros tanto en materia aérea como terrestre son positivos, así como los porcentajes de ocupación hotelera y de paso-peaje. Es necesario esperar a que se entreguen los resultados finales para evaluar si esta temporada fue mejor que la de un año atrás, pese a problemáticas relacionadas con contingencias en algunas carreteras, congestión en aeropuertos, largos trancones en las entradas de algunas ciudades y el temor por la seguridad en muchas regiones.