La Corte Constitucional de Rumania invalidó el referéndum sobre la destitución del presidente de centro derecha Traian Basescu, quien sigue así siendo jefe del Estado, por lo que fracasa la tentativa del centro izquierda que provocó una grave crisis política.
La Corte decidió invalidar el referéndum, organizado el 29 de julio, al considerar que no se superó el umbral de participación mínimo requerido.
"Desde la publicación de esta decisión en el diario oficial, Traian Basescu retomará sus atribuciones constitucionales y legales de presidente de Rumania", indicó la Corte.
Los resultados oficiales, certificados por la Corte, indican que más del 87% de los votantes se mostró favorable a la salida de Basescu, pero la tasa de participación del 46,24% es "inferior a los 50% más uno de los inscritos necesario para que el referéndum sea válido", precisaron los jueces.
El presidente rumano interino, Crin Antonescu, declaró que respetará la decisión aunque la consideró "injusta".
"Vamos a respetar la decisión de la Corte", indicó Antonescu en conferencia de prensa, tras una reunión del Partido Nacional Liberal (miembro de la coalición en el gobierno).
"Pero consideramos que esta decisión es injusta porque ignora el voto de 8,5 millones de rumanos y de las leyes que la misma Corte invoca", añadió.
Por su parte, el primer ministro de Rumania, Victor Ponta, uno de los principales promotores de la destitución del presidente calificó este martes de "ilegal" la decisión de la Corte Constitucional.
"La decisión de la Corte es ilegal, injusta y política", afirmó el primer ministro socialdemócrata en una conferencia de prensa ofrecida en la sede del gobierno.
Basescu, antiguo capitán de la marina, terminará así su mandato legal que finaliza en 2014 y escapa a su segunda tentativa de destitución, después de una primera que tuvo lugar durante su primer mandato en 2007.
Unas 200 personas protestaron en contra de esta decisión ante la Corte convocados por un sindicato cercano a la mayoría.
Basescu vuelve debilitado con más de siete millones de votos en su contra, resultado de unas draconianas medidas de austeridad que defendió con vigor en 2010.
Debería también cohabitar con el gobierno de centro izquierda del primer ministro Victor Ponta, al origen del procedimiento de destitución.
Pero la confirmación de Basescu en su puesto de presidente marca también un fracaso de la coalición de centro izquierda, la Unión Social Liberal (USL) en lo que se había convertido en uno de sus objetivos claves: el desembarco de su rival.
Hasta el final, el USL, que agrupa a los socio-demócratas del primer ministro Victor Ponta, los liberales del presidente interino Crin Antonescu y el Partido Conservador fundado por un antiguo colaborador de la policía política comunista Securitate, trató de hacer validar la destitución, incluido tratando de retirar, a posteriori, a 3,5 millones de personas de las listas electorales.
El gobierno de centro izquierda ha sufrido duras críticas procedentes de la Unión Europea y de Estados Unidos por sus métodos para tratar de lograr la destitución.
En julio, la Comisión Europea había calificado de "ataques al Estado de Derecho" el cese tajante del mediador y de los presidentes de las dos cámaras del Parlamento y la limitación por decreto de los poderes de la Corte Constitucional.
Esta última había denunciado a principios de julio ataques "sin precedentes" por parte del gobierno./AFP