Por Mateo Jaramillo Ortega
Hace pocos días, la Orquesta Filarmónica de Bogotá (OFB) ofreció un concierto en homenaje al Día internacional de los Derechos de la Mujer. Lo más llamativo de la jornada fue que el conjunto de músicos terminó siendo dirigido, precisamente, por una mujer, pese a que este oficio ha estado reservado por lo general a los hombres. Se trata de la peruana Carmen Moral, cuya sensibilidad artística encantó al auditorio León de Greiff de la Universidad Nacional de Colombia.
El concierto estuvo compuesto en su totalidad por obras italianas, entre las que se destaca la obertura de ópera La urraca ladrona, del compositor Gioachino Rossini, una obra muy dramática por ser la historia de una joven acusada de un robo que no cometió. Afortunadamente, antes de ser sometida a la pena capital un ave logra demostrar la inocencia de la mujer.
Este Diario habló con Moral, hoy directora emérita de la Orquesta Filarmónica de Perú y primera mujer en recibir este cargo en Latinoamérica. Ella habló de sus inicios y todos los caminos que ha recorrido para llegar al estatus que la llevó ya a ser directora invitada en más que 70 grupos distintos.
EL NUEVO SIGLO:-Revisando datos curiosos de su trayectoria nos encontramos con que en 1970 usted tomaba una siesta el día que nombraban a la persona que dirigiría la Orquesta Filarmónica de Perú ¿Era escéptica sobre sus posibilidades?
CARMEN MORAL:- Puede que haya sido una manera mía de protegerme para no tener una desilusión grande. Entonces me dije: “Mejor me voy a dormir después de almuerzo” (risas). Y por otro lado, porque yo no creí que fuera a ganar.
ENS:-¿Ese escepticismo fue causado por el hecho de ser mujer?
CM:- En parte. Casi totalmente. Yo me animé a entrar al concurso finalmente porque había un jurado internacional: un alemán, un americano y un ruso. Ése era el jurado. Entonces dije: “bueno… es posible”. Pero con sus reservitas.
ENS:-¿Qué sintió al abrirle esta puerta a las mujeres?
CM:- Es una responsabilidad. Yo les deseo muy buena suerte porque es una profesión muy difícil, ya sea para hombres o para mujeres. Todavía hay cierta resistencia a ciertas profesiones para que una mujer se dedique a ellas. Pero hay un gran progreso y yo estoy muy contenta de haber colaborado en abrir un caminito y como dicen: “caminante el camino se hace al andar”.
ENS:-¿Cómo cree que el hecho de ser mujer haya afectado, positiva o negativamente, su autoridad con respecto a la orquesta, al público o a la opinión pública?
CM:- Antes era más, ahora ya no. Antes se decía: “Uy, ¿una mujer en el podio? Podría dirigir ópera porque está en el pozo y nadie la ve” (risas). Pero ahora ya es diferente. Naturalmente había resistencia. Como dije, hay cierta resistencia, escepticismo o curiosidad de ver lo que uno va a hacer. Y luego, o convences en los diez primeros minutos o no convences, en el sentido de que tienes que fijarte muy bien en lo que dices, y para eso tienes que estar bien preparada.
ENS:-¿Es lo mismo trabajar como directora en Latinoamérica que en Europa?
CM:- Ciertos países de Europa son como hermanos mayores de nosotros, entonces en ese sentido se nota. Pero, por otro lado, también se nota que somos unos hermanos menores muy aplicados.
<INTERTIT>Alegre homenaje
<BODY TEXT>ENS:-¿Por qué la obertura “La urraca ladrona” para arrancar el concierto que celebra el Día Internacional de los Derechos de la Mujer?
CM:- Porque la obertura es genial. Tiene temas muy lindos. Los compositores hacen obertura en ese periodo de la historia de la música basándose en temas de la ópera y los ponen juntos. Rossini, curiosamente, sólo emplea un tema que usa en la obertura y muy corto. Usa otros temas que no pertenecen a la ópera y La urraca ladrona es una historia triste pero la ópera no es triste. Tiene un final feliz.
ENS:-¿Qué es lo que usted quiere transmitirle al público?
CM:- Alegría.
ENS:-Los críticos dicen que esta es una obra supremamente eufórica, bastante dramática…
CM:- Tiene de todo un poco. Pero es una obra que a pesar de la trama tiene un final feliz. Es una obra optimista, asequible; empieza con una marcha triunfal que no está en la ópera. Y esa es la alegría que caracteriza a la gente italiana, porque este es un programa italiano que me lo sugirió la dirección de la orquesta. Entonces, yo lo acepté porque me gustaron las obras, y yo sólo elegí La urraca ladrona.
ENS:¿Qué más puede esperar el público?
CM: ¿Qué más quieres? (Risas). Que bueno que uno pueda estar alegre, es un estado de ánimo estupendo. Cuando tú celebras algo, como los derechos de la mujer, tú estás contento y para colaborar con esta celebración. Hacemos un programa feliz.
<INTERTIT>Tiempos aquellos…
<BODY TEXT>ENS: ¿Qué recuerdos tiene de la OFB?
CM: Estupendos, muy buenos. Yo he caminado bastante el camino de la Filarmónica, he tenido el gusto de acompañarlos y para mí es un placer.
ENS:En una frase ¿cómo la describe?
CM: Es una muy buena orquesta, optimista, con deseos de hacer las cosas, están orgullosos de su institución y eso es muy importante porque la llevan en pie.
ENS: ¿Cómo ve el futuro de las mujeres en esta profesión?
CM: Yo lo veo bien. Con futuro. Lo que está en crisis es la institución orquesta por falta de fondos. En Estados Unidos se están cerrando algunas orquestas y eso es una lástima porque los críticos de las orquestas sinfónicas dicen que las orquestas son museos y que deberíamos hacer otra cosa que solamente enseñar un patrimonio mundial.
Yo creo que sí es un museo, que vale la pena ser recorrido. Se aprende mucho en los museos. Pero además de museo, tiene la finalidad de dar a conocer música de nuevos compositores y es, por ejemplo, una cosa que hace la Filarmónica.