Cinco cosas que hay que saber sobre Finlandia, el país más feliz del mundo, donde el domingo se celebran elecciones legislativas.
- El país más feliz del mundo -
Finlandia ocupa, por segundo año consecutivo, el primer lugar en la clasificación de los países más felices del mundo, según un informe de la ONU.
Los 5,5 millones de finlandeses gozan de un nivel de vida elevado gracias a un notable sistema educativo y un grado de desigualdades sociales entre los más bajos del mundo.
El próximo gobierno tendrá que abordar la difícil cuestión del Estado del bienestar, uno de los más generosos del mundo, confrontado a una población cada vez más envejecida y con menos nacimientos.
La cuestión del gasto público, en un país desgastado por cuatro años de austeridad, ha sido un tema crucial de la campaña. Los socialdemócratas, que lideran los sondeos, se han posicionado en contra de la austeridad llevada a cabo por el gobierno de centro-derecha.
- Bastión populista -
Con solo 6,6% de su población nacida en el extranjero, Finlandia parece ser el país menos cosmopolita de Europa occidental.
Los seguidores de los Verdaderos Finlandeses, un partido antiinmigración, se han movilizado más que nunca en la víspera de los comicios, especialmente tras el arresto muy mediatizado de migrantes sospechosos de agresiones sexuales a mujeres.
El partido, de extrema derecha, también escéptico en temas ecológicos, se sitúa en el segundo o tercer puesto en los sondeos.
Esta formación, creada en 1995 y marginal en las legislativas de 2007 (4%), se vio propulsada al tercer lugar en 2011 (19%), pero rechazó entrar en el gobierno, demasiado eurófilo.
En 2015, cuando quedó segundo en las legislativas, formó parte de una coalición con el centro y los conservadores.
El partido, sin embargo, pagó caro su llegada al poder y su moderación respecto a Europa. En 2017, los Verdaderos Finlandeses acabaron dividiéndose y dejando el gobierno: una mayoría de sus diputados fundaron Nueva Alternativa (llamado luego Reforma Azul), partido que permanece en el poder, y los otros siguieron a su nuevo presidente, el líder antiinmigración Jussi Halla-aho.
- La sombra rusa -
Rusia es uno de los principales socios comerciales de Finlandia, en parte gracias a la frontera terrestre común de 1.300 km.
Sin embargo, las relaciones entre ambos países siguen siendo de desconfianza, sobre todo por parte de Finlandia, antiguo territorio ruso.
El país se independizó al final de la Primera Guerra Mundial, tras la caída del imperio zarista ruso. Finlandia tuvo que combatir de nuevo contra su gran vecino durante el invierno de 1939-1940 y después, de junio de 1941 a septiembre de 1944, para evitar ser ocupado por los comunistas.
Actualmente, los dirigentes finlandeses mantienen relaciones cordiales con sus homólogos rusos, aunque reivindican más que nunca su posicionamiento en Occidente.
Además, estos últimos años el país nórdico está modernizando su ejército y multiplica las iniciativas para acercarse a la OTAN, sin formar parte de ella.
- Economía de capa caída -
La economía finlandesa, muy afectada por la crisis financiera de 2008, no salió de la recesión hasta 2016, tras someterse a un drástico plan de austeridad.
Dos pilares de la economía de Finlandia sufrieron especialmente: la industria de la madera, debido a la reducción de la demanda de papel; y las tecnologías, con la espectacular caída de Nokia, que perdió su posición de líder mundial de los teléfonos celulares en 2012, una actividad que terminó cediendo.
El país anima actualmente a su población a invertir en los sectores de la innovación, la tecnología y la investigación.
- Saunas y tranquilidad -
Conocida por sus bosques y sus 180.000 lagos, Finlandia también cuenta con tres millones de saunas ("baño", en finés), un ritual, o incluso un rito, al que la población le reserva tiempo al menos una vez a la semana.
Durante la Guerra Fría, el presidente Urho Kekkonen negociaba en ellas tal como llegó al mundo (porque en las saunas finlandesas se entra desnudo) con diplomáticos soviéticos. En 2005, el presidente ruso, Vladimir Putin, también tuvo que quitarse la toalla al entrar con el esposo de su homóloga finlandesa, Tarja Halonen.