Irán envió un mono al espacio a bordo de una cápsula Pisgham (Pionera) y lo recuperó sano y salvo después de su aterrizaje, lo que constituye, según las autoridades, un gran paso adelante en el proyecto de un vuelo espacial tripulado antes del año 2020.
"Irán lanzó el lunes con éxito una cápsula bautizada Pisgham con un mono dentro a 120 km de altitud y recuperó el cargamento sin daños", anunció un comunicado de la Organización de la Industria Aeroespacial del ministerio de Defensa iraní.
"Es un gran paso para nuestros expertos y nuestros científicos", se congratuló el ministro de Defensa, Ahmad Vahidi, en declaraciones a la televisión estatal.
"Este éxito es el primer paso hacia la conquista del espacio y abre la vía a otras pruebas", declaró el ministro de Defensa.
El ministro no precisó el lugar del lanzamiento ni del aterrizaje.
Las imágenes difundidas por los medios iraníes muestran a un pequeño simio atado a un asiento de metal e instalado en un cohete Kavoshgar en una plataforma de lanzamiento.
Teherán había anunciado a mediados de enero su proyecto de enviar un mono al espacio a principios de febrero en el marco de las celebraciones del 34º aniversario de la victoria de la revolución islámica de 1979. Este lanzamiento era presentado como una primera etapa antes de enviar "un hombre al espacio dentro de 5 a 8 años".
El proyecto preveía enviar un mono a 120 km de altitud en un vuelo balístico suborbital de unos veinte minutos en una cápsula de 285 kg lanzada por un cohete Kavoshgar-5.
El lanzamiento estaba presentado como una primera etapa antes de enviar un "hombre en el espacio en un plazo de cinco a ochos años".
El presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, afirmó en varias ocasiones que su país esperaba llevar a cabo un vuelo espacial tripulado antes del 2020 para que los científicos iraníes hagan "observación".
En octubre del 2011, el vice ministro de Ciencias, Mohammad Mehdinejad-Nouri, había afirmado que los vuelos humanos "eran una prioridad estratégica" de Irán.
Irán ya envió tres satélites al espacio desde 2009, así como una "cápsula" con una rata, tortugas e insectos en febrero de 2010.
Un anterior intento de enviar un mono al espacio había terminado con un fracaso en 2011, que Teherán reconoció a regañadientes sin informar la razón.
"Como todos los objetivos no fueron alcanzados ese vuelo no fue anunciado", había dicho Mehdinejad-Nouri en esa ocasión.
El último lanzamiento exitoso de Irán fue el 3 de febrero de 2012 cuando puso en órbita, con su cohete Safir, un pequeño satélite de observación de 50 kilos, bautizado Navid, al cumplirse el 33º aniversario de la revolución.
En cambio, las autoridades iraníes habían anulado en mayo del 2012, sin dar explicaciones, el lanzamiento de Fajr, un satélite experimental.
El programa espacial iraní es observado atentamente por la comunidad internacional debido a sus posibles ramificaciones militares.
Las potencias occidentales sospechan que Irán aspira a desarrollar cohetes balísticos capaces de transportar municiones convencionales o nucleares, por lo cual han condenado todos los lanzamientos de satélites iraníes.