“Es otra asignatura pendiente, saber comunicar”
La desconfianza es parte de nuestra naturaleza, un chip que llevamos dentro.
De la desconfianza al pesimismo hay poco trecho. Ser optimistas es un imperativo hoy, pero cuesta en el país de las dificultades.
Recientes encuestas de opinión al consumidor y a empresarios señalan que, aunque mejora, el estado de ánimo de hogares y de hombres de negocios aún no es el mejor.
Principalmente se advierte un desgano en gran parte de población vulnerable, como los desempleados e informales.
En el sector privado son las pequeñas y medianas compañías donde se aprecia un bajón en su cotidianidad.
Dificultades para conseguir trabajo y penurias de la economía informal atizan el desconcierto.
Condiciones adversas para acceder a créditos bancarios, los costos del dinero y las trabas que persisten para hacer empresa, ingredientes que complican el ambiente de algunos productores.
Tras pasar su primer año de administración, el presidente Duque no respira un aire descontaminado de incertidumbre e insatisfacción en varios sectores de la sociedad.
El regular balance de la economía y restricciones en inversión social, pesan en la marcha de las regiones.
En provincias se siente ambiente cargado de expectativas por el rumbo que tomarán varios pendientes en el Gobierno: creación de empleo, reducción de la pobreza, más recursos para educación, inversión en obras públicas, salud al alcance de todos, más vivienda popular, aportes para el adulto mayor, para madres cabeza de hogar, reactivación de la agricultura, restitución de tierras y Economía Naranja.
Otro tema que inquieta a ciudadanos pasa por el rol del Ejecutivo y el sector privado en la expansión y fomento del emprendimiento.
Se les pregunta a alcaldes y gobernadores del país, ¿dónde está el dinero para emprendedores, quién lo tiene y quién lo ejecuta?
La respuesta: no se sabe. Al menos, los ciudadanos saben poco de apoyo real al emprendimiento.
Y de Economía Naranja, la gente sabe menos.
¿Dónde hay plata para ir a pedir ayuda?, ¿qué entidad o funcionario tiene manejo de los dineros para proyectar artistas, talentos, arte y cultura? El pueblo no lo sabe.
¿Quién tiene los recursos públicos para apoyar la creación de empresas? Seguro que pocas personas en las regiones tienen respuestas.
En folklórico perifoneo se oyen anuncios de apoyos a Economía Naranja y emprendedores que hoy están varados por falta de músculo financiero.
Si el Ejecutivo quiere ir recobrando la confianza ciudadana, bien haría en comunicarse mejor.
Es otra asignatura pendiente, saber comunicar.
Las comunicaciones del Palacio de Nariño hacia la gente carecen de claridad y efectividad.
Hay que humanizar comunicaciones. Imperativo lenguaje sencillo con enfoque social.
Ver y escuchar claro para creer en el país.
Recuperación de la confianza pasa por esas pequeñas cosas del día a día.
Los colombianos necesitan motivarse para volver a creer.
No debe pasarse por alto que la rampante corrupción es reina de la incredulidad.
Persisten muchos motivos que hacen dudar. Credibilidad en política, justicia y gobernantes y gremios, una vergüenza.