‘Sabios’ desafíos | El Nuevo Siglo
Jueves, 14 de Febrero de 2019

LA principal preocupación nacional debería ser encontrar caminos que conduzcan a un crecimiento económico que permita absorber la demanda de empleo.

Ninguna misión de sabios valdrá la pena si el Estado no encuentra las vías rápidas que lleven a una expansión de los sectores productivos.

Crear ortodoxas, lejanas y tecnócratas misiones de genios no parece la ruta indicada. Suelen ser nada

Lo sabio es ejecutar, hacer la tarea.

Han pasado sin pena ni gloria varias de esas misiones de expertos.

Están archivadas recomendaciones del gasto, del café, productividad, competitividad y la política industrial.

Si fuera tan sencillo, ¿por qué no pedirle recetas a los más cercanos, a los gremios de la producción?

Al fin de cuentas son los dirigentes gremiales quienes andan al tanto de la marcha de diversas áreas de la economía y sus falencias.

Han sido muchas las reuniones del Gobierno en últimos años con voceros del sector privado para concertar fórmulas audaces de reactivación de los negocios. Y nada o muy poco.

Ni siquiera, en los cuatros últimos gobiernos, se logró concertar un sistema tributario que evitara la actual colcha de retazos en impuestos, que rompe cualquier regla o garantía jurídica.

En salud, educación, reforma agraria, régimen laboral y pensional, se han repetido intentos fallidos de consenso entre Ejecutivo y empresarios. Seguimos en las mismas.

Incluso, centros de desarrollo y pensamiento como Anif y Fedesarrollo, podrían ser los llamados a sugerir las decisiones a tomar en procura de un crecimiento de la economía no inferior al 5%.

No se requiere ser sabio para tener sentido común.

Los grandes desafíos requieren pequeños acuerdos.

Dolores de cabeza de la sociedad -pobreza y desempleo- se alivian con soluciones radicales, no con calmantes.

Muy seguramente misión internacional de sabios en ciencia, innovación y educación, producirá un ‘ladrillo’ de ideas que irán al baúl de los recuerdos.

Lo que la nación urge es que el Ejecutivo marque las ‘coordenadas’ a seguir para darle impulso al aparato productivo. Aterrizar el plan nacional de desarrollo y convencer al pueblo que es por y para él.

El comienzo y el fin de la pobreza pasa por el empleo.

Fundamental que millones de personas sin ingreso logren una remuneración.

Si hay un jornal en el campo, si se paga un salario en las ciudades, más hogares accederán al consumo, a la educación y a la salud. Eso es crecer.

Crecimiento del 5% en adelante, con inclusión y equidad, es la consigna a seguir.

Un pacto social por la reactivación y la inversión social.

Apostar por una economía solidaria, no asistencialista.

Impulsar iniciativa privada, el emprendimiento con crédito barato y oportuno.

 

Darle a la agricultura, a sus campesinos, herramientas necesarias para que no marchiten sus minifundios. Oportunidades y confianza, no subsidios.

Gobierno solo requiere un sabio proceder: tomar decisiones en puntos críticos que llevan a incertidumbre y pesimismo. Más pobreza = mayor desconfianza.

El presidente Duque debe pedir a sus ministros que celebren menos y hagan más.