Latinoamérica e Israel
Hace dos semanas oí al cura decir durante la misa que la guerra en Gaza era injusta porque de un lado había habido mil quinientos muertos y del otro solamente cincuenta. Esto prueba que muchas veces se habla sin conocer el tema, pero también las tensiones que genera la guerra, en particular entre el uso proporcional de las armas y el ejercicio de la legítima defensa.
Ahora que parece que hay una tregua que esperamos sea duradera, recordemos que el conflicto empezó hace un par de meses por el asesinato de dos niños judíos. Cuando algunos judíos se vengaron matando un muchacho palestino, vino una lluvia de cohetes sobre Israel que el escudo antimisiles logró atajar. Más de mil quinientos se dispararon en dos meses, uno por hora, dirigidos sin discriminación contra blancos civiles. La respuesta israelí fue un bombardeo en la franja mediante bombas de alta precisión dirigidas a objetivos militares, la mayoría terroristas que usaban a los civiles como escudos humanos. Fue un ejercicio de legítima defensa que causó muertes civiles como daño colateral. Las treguas acordadas fueron rotas por nuevos misiles disparados por Hamas, un grupo terrorista que ha obstruido el proceso de paz de Oslo y que se adueñó de la franja echando a la Autoridad Palestina que era la legítima, y que ha demandado la desaparición del Estado de Israel. La invasión terrestre, para bloquear los túneles que se internaban en territorio judío, se hizo luego de la ruptura por Hamas de una de las treguas.
Todo esto ha provocado una reacción contra Israel. Pero cabe preguntar: ¿es lícito el ejercicio de la legítima defensa de que habla la Carta de la ONU? Esa reacción ha sido especialmente fuerte en Latinoamérica a pesar de que la presencia judía es más importante y beneficiosa que la musulmana, pero donde, como dice un blog americano (The Americas Report, August 22, 1014), la amistad de Israel y Estados Unidos produce escozor. Brasil, Chile, El Salvador, Ecuador y Perú retiraron temporalmente sus embajadores de Tel Aviv en protesta por “la desproporcionada reacción de Israel que ha causado la muerte de inocentes palestinos”. Ni una palabra de la agresión de Hamas. Uruguay habló de genocidio. Argentina y Venezuela, cuyos vínculos con Irán son bien conocidos, han tratado de que sean los propios judíos los que condenen a su gobierno. Bolivia llamó a Israel un Estado terrorista. Ortega dijo que Netanyahu está poseído por el demonio. Nadie ha dicho una sola palabra para condenar las persecuciones a los cristianos en Irak.
Paradójicamente, ningún país árabe ha condenado a Israel por estos hechos.
Recordemos que en mayo de 2005, varios países latinoamericanos aprobaron la “Declaración de Brasilia” que pide eliminar las sanciones sobre Siria y defiende a Sudán que cometía genocidio en Darfur.
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Coda. El Congreso eligió la nueva Comisión Nacional Electoral, que en las pasadas elecciones mostró marcada parcialidad política, y el Presidente y los parlamentarios la saludaron con vítores. Los ratones le pusieron el cascabel al gato.