“Los exportadores privados son materia prima influyente”
Mirador
Buen sorbo
Jueves y viernes se dan cita en Cartagena los exportadores privados de café, asociados en Asoexport, gremio que lidera Carlos Ignacio Rojas. La asamblea de comercializadores privados del grano colombiano -atienden 65% de las ventas externas- llega en una coyuntura favorable, pero no alegre para caficultura colombiana. Si bien los precios externos del bebestible fluctúan alrededor de 2 dólares por libra, el mercado global aún es incierto por reducciones en cosechas centroamericanas y peruana, y clima adverso en Brasil.
Colombia vuelve a estar en el centro de la opinión cafetera mundial por recuperación de su cosecha gracias al progreso de renovación y tecnificación de cafetales, más productivos y con valor agregado, pero no es para dormir sobre laureles. Con producción de 12 millones de sacos de 60 kilos, la dinámica de la renovación de plantaciones, los servicios de extensión de la Federación de Cafeteros a través de Comités Departamentales, el avance en investigaciones científicas de Cenicafé para una caficultura viable y sostenible, el país puede estar optimista mas no de fiesta.
Bien lo afirma en El Nuevo Siglo el anfitrión de la asamblea de Asoexport este 20 y 21, Carlos Ignacio Rojas: “Hoy estamos en un precio de US$ 2 la libra, sin embargo, el buen momento de la cotización no nos puede anestesiar de una situación estructural que sigue siendo complicada, hay que estar pendiente de las enfermedades, la renovación de cultivos y trabajar más en tecnología e innovación del sector”.
El control de la roya, la broca, el acompañamiento al cultivador, la expansión de cafés elaborados con alto valor agregado también nutren el buen clima cafetero nacional.
Considerando que exportadores privados son materia prima influyente para dinamizar la máquina cafetera colombiana, la asamblea gremial es una nueva oportunidad para lograr consensos y coincidencias que posicionen mejor el café nuestro en mercados del mundo. Las relaciones de exportadores y productores hoy son amistosas y eso suma al canasto de posibilidades que tiene el mercado cafetero colombiano de mantener su buena imagen y reputación de calidad y cumplimiento en el comercio internacional.
Las viejas diferencias, riñas y tragos amargos que pasaron las relaciones entre exportadores privados y FNC hoy ya no van más. Ambas instituciones han creado condiciones de diálogo sensato donde lo primordial es la viabilidad y sostenibilidad de la caficultura y del negocio cafetero, rentable, sólido, innovador, tecnificado y mejorado.
El café, desde el fracaso en Londres del acuerdo mundial de cuotas y franja de precios ya no pesa tanto en balanza comercial del país, pero no deja de ser impulsor del motor económico debido a su poder multiplicador sobre el resto de agentes económicos.
Un buen sorbo de café.