El gran rescate
La riqueza agraria estuvo adormecida, olvidada, y golpeada por violencia política y armada de hace 60 años. Se suma a esa historia cruda con amargo capítulo, el desprecio de tecnócratas que trataron de imponer su modelo económico, al comenzar la década de los 90.
Estaban atraídos por lo que se denominaba “moda In”. Era una legión de economistas colombianos, procedentes de prestigiosas universidades extranjeras. Consideraron la apertura como la panacea, abriendo puertas sin medida, a la importación y exportación. Estaban convencidos de que lo tecnológico, derrotaría tradicionales prácticas agrarias.
Creían, consumían e imitaban figuras internacionales de la economía y el mundo empresarial de la época. Imitando se acentuó la inautenticidad de un sector de la sociedad colombiana.
Horst Fink, ingeniero director del Programa Especial de Energía de la agencia GTZ de Alemania, convenio desarrollado de 1986 a 1990 con Colombia, para impulsar energía solar, en agricultura de la Costa Atlántica y el interior del país, no terminaba de expresar su asombro, al afirmar a este periodista, que - apertura no era sepultar el agro, una riqueza interminable de Colombia, en lugar de trazar futuro para el país.
Se acabó el convenio, no se renovó y ganó la apertura, que se abrió paso en medio de alarma por la crisis agraria. GTZ había sugerido ubicar el epicentro agro industrial, en los Llanos Orientales, en inmediaciones al aeropuerto Vanguardia de Villavicencio, para que fuese la plataforma de exportación.
Fue otro de los tantos proyectos bien estudiados y diseñados, que hoy duermen en los archivos oficiales.
Como el reportero aprende a hacer historia en vivo, ahora hay que tomar en toda su validez, el acuerdo entre -Gobierno y Farc- con el propósito de revivir la primera riqueza nacional y, hacerlo por encima de todo, aunque la contraparte del diálogo, no lo respete más adelante. Ojalá eso no suceda.
Así el primer acuerdo de la agenda, avizora que cualquiera que sea el futuro de las conversaciones de paz, se está estructurando la Colombia Agraria, que ha recibido ofrecimiento de respaldo económico de países y organismos multilaterales. No se desconoce que será un esfuerzo colosal.
Y es oportuna para complementar el tema por la paz, la propuesta del empresario Pedro Gómez Barrero, y su -Fundación Compartir- para que la profesión de Educador, sea de las primeras en ejercicio laboral y en reconocimiento salarial. En el país se requieren tanto o más, educadores que doctores.
De manera que el despertar agrario, con interés por lo educativo, será el gran rescate nacional, sembrando justicia, amor e igualdad, para reencontrar la Colombia auténtica.