ALCANZARLA ES UNA META
Día Internacional de la Felicidad
EL Día Internacional de la Felicidad se celebra cada año el 20 de marzo; se trata de un día en el que se pretende recordar la búsqueda de la misma como un objetivo humano fundamental. La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó la celebración del Día Internacional de la Felicidad para invitar a los países del mundo a celebrar adecuadamente esta jornada mediante la realización de diversas actividades educativas encaminadas a fomentarla. Además se pide a los gobernantes un nuevo enfoque respecto al crecimiento económico que promueva “la felicidad y el bienestar” y los invita a pensar en políticas públicas que ayuden a que la gente se sienta más satisfecha con la vida.
Este día tiene su origen en una resolución aprobada por la Asamblea General de la ONU en 2012, por iniciativa del reino de Bután, en la que se afirma que la felicidad es un “objetivo fundamental” del ser humano. Precisamente este país reconoce la supremacía de la felicidad nacional, por encima de los ingresos económicos, desde principios de los años 70, cuando adoptó el concepto de Índice de Felicidad Nacional Bruta (FNB) para sustituir al más tradicional Producto Interior Bruto (PIB). Mientras que los modelos económicos tradicionales analizan el bienestar de los países con base en el crecimiento del PIB, el concepto de FNB califica el bienestar y la felicidad mediante la evaluación de dimensiones tales como vitalidad de la comunidad, uso del tiempo, bienestar psicológico, salud y educación.
Considero que a través de la educación podemos fomentar en los alumnos el desarrollo de habilidades generadoras de bienestar y de fortalezas de personalidad tales como gratitud, optimismo, amabilidad, perdón, creatividad, espiritualidad o sentido del humor. Aunque la felicidad pueda tener significados muy diferentes y subjetivos, creo que todos estamos de acuerdo en que alcanzarla es una meta para muchos y una búsqueda personal constante; las personas que se consideran felices son más saludables, más seguras, más creativas, más dinámicas, más productivas, más satisfechas, más fuertes, y más resistentes. Una vida feliz y con sentido contrarresta la depresión, el miedo, la crueldad, la frustración y la delincuencia.
Los educadores concebimos el aprendizaje como la adquisición de conocimientos que a futuro dará sus frutos; muchos se centran únicamente en la transmisión de conocimientos académicos, olvidando la importante tarea del docente de convertirse en un verdadero maestro, un guía, un modelo y ejemplo a seguir; el educador debe pasar de ser “dueño” del conocimiento a convertirse en facilitador y acompañante de un proceso de aprendizaje donde las habilidades y particularidades individuales de sus alumnos, e incluso sus deseos y gustos, adquieren una importancia relevante dentro del proceso; los docentes tenemos la responsabilidad de promover aspectos que contribuyan al pensamiento positivo, al optimismo, a la convivencia en armonía, con amor y respeto hacia los demás. Por ello, los invito a que mañana, 20 de marzo, y ojalá durante muchos momentos del año, seamos conscientes de la importancia vital de la búsqueda diaria de la felicidad.