Sensación de seguridad y tránsito
Si las autoridades administrativas municipales entendieran la importancia que tiene un buen control del tránsito en su jurisdicción, seguramente le prestarían mayor atención al tema y destinarían un presupuesto representativo con el fin de lograr regulación, orden y tranquilidad, todo traducido en esa sensación de seguridad que persiguen los ciudadanos del mundo.
Esta función es tal vez la actividad que mas cercanía tiene con la policía, no obstante en muchos municipios de Colombia no es desarrollada por policiales, pero el tiempo se encargará de hacer entender la necesidad de concentrar en la institución esa responsabilidad. Al analizar en consejos de gobierno las problemáticas administrativas, siempre saltarán a la palestra los problemas de transito, pues cubren la mayoría de niveles sociales que buscan seguridad, tranquilidad y salubridad, pilares fundamentales del trabajo policial y afectados frecuentemente por aspectos atinentes a la circulación de vehículos; una ligera mirada a las estadísticas, nos mostrarán que altos índices de muertes violentas son acaecidas por accidentes de tránsito mostrando registros mayores frente a homicidios por riñas u otros motivos, y no solo se trata de muertes, las lesiones personales provocadas por este tipo de eventos también están a la orden del día.
En esta actividad percibimos amenazas no solo por los actos contra la integridad personal, existe un cúmulo de situaciones preocupantes, por ejemplo, la congestión vehicular que altera el normal desarrollo de las operaciones, permitiendo la aparición de ciertos delitos como el raponeo, el hurto de partes vehiculares, aun atraco, es decir, sin control y dirección en el tránsito hasta la economía nacional sufre penuria. Los costos económicos de la accidentalidad, el comercio de autopartes, el hurto de automotores, el valor de los seguros, las demoras en los desplazamientos motivadas por los trancones, son aspecto que sumados se van convirtiendo en grave problema para la ciudadanía, por lo tanto se hace necesario tomar medidas de urgencia en ese sentido, y recae sobre los alcaldes esa responsabilidad, quienes apalancados en la institución Policía Nacional, pueden desarrollar estrategia con el fin de direccionar la circulación de vehículos, llevándola al nivel preventivo para lograr un compromiso ciudadano en bien común. Hoy por fortuna se cuenta con tecnología de punta que facilita los controles y encauza los conductores hacia el cumplimiento de las normas, pero ese recurso vale dinero que no está contemplado en los presupuestos, por lo tanto urge buscar alternativas económicas para cubrir esa deficiencia.
Pero el sentido de esta nota es llamar la atención e invitar a los gobernadores, diputados, burgomaestres y concejales a tomar en serio esa responsabilidad y buscar tecnología, que solvente las necesidades de los hombres encargados de hacer cumplir las leyes y reglamentos en todo el territorio patrio, pues de lo contrario viviremos un triste rezago en el tránsito.