La semana pasada expusimos cuatro claves para entender el futuro inmediato de la violencia en Colombia a partir del anuncio de Iván Márquez. Ahora completamos el razonamiento enumerando las cuatro restantes.
5- La arenga de Márquez no puede interpretarse como el regreso de las Farc a las armas. Por el contrario, es tan solo una muestra de la...continuidad de la banda en el uso de la violencia, pues la verdad es que ellas nunca han dejado de ser lo que siempre han sido.
De hecho, los 15 ó 20 comandantes que aparecen escoltando a Márquez en la Proclama de la Segunda Marquetalia son los más avezados, corajudos y preparados de los cabecillas con que actualmente cuenta la organización político-militar en su conjunto.
6- Como siempre, a las Farc de ahora hay que entenderlas en su lógica estratégica leninista y stalinista.
Mientras Márquez lidera el brazo armado que, progresivamente, se irá convirtiendo en hegemón, otros, es decir, los pusilánimes y aburgesados, se encargan de las relaciones públicas, las ruedas de prensa y la exigencia sistemática “del cumplimiento de los acuerdos por la paz de Colombia”.
Lo cierto es que, combinadas, las dos herramientas constituyen la tenaza operacional mediante la cual el chavismo -valiéndose de la preocupante debilidad del gobierno Duque-, quiere convertir a Colombia en una pieza más de la Alianza Bolivariana para las Américas en el 2022.
7- Quien mejor ha comprendido esta ambigüedad deliberada inspirada en R. L. Stevenson ( Dr. Jekill y Mr. Hyde ) es Nicolás Maduro, quien hace pocos días, durante el Foro de Sao Paulo celebrado en Caracas, se sentía en el paroxismo abrazando por un lado a Márquez y a Santrich, y por el otro a Granda y a Losada.
Lejos de ver una fractura entre el partido Farc y la guerrilla Farc, Maduro, Ortega y Díaz Canel han visto una formidable maquinaria de guerra revolucionaria que se perfeccionará aún más operando desde territorio venezolano, siempre en función de la alianza simbiótica a la que puede llamarse, sin ambages, Farc-Eln.
8- Por supuesto, esta formidable maquinaria de guerra revolucionaria tiene que nutrirse de los florecientes recursos que el mismo gobierno Santos les permitió multiplicar sin rubor alguno, esto es, la hoja de coca y los minerales de alto valor, recursos a los que irán sumándose la extorsión computarizada, las coaliciones políticas nacionales y subnacionales, las redes lícitas e ilícitas transnacionales, y una agenda de refundación del Estado basada en la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente, tal como lo enseñó en su momento el maestro de maestros, el comandante Hugo Chávez.