La Constitución española cumplió 40 años. Según la izquierda sirvió para arreglar las cargas de “la dictadura” de Franco y, según la derecha, para borrar el recuerdo de la II República y de la guerra civil, en la que casi 7.000 sacerdotes, frailes y monjas fueron asesinados por “las fuerzas de la república”. La victoria de Franco permitió restablecer el orden.
El artículo 1 de la “ley de sucesión” aprobada en 1947, recrea a España "como unidad política, un Estado católico, social y representativo”. Franco designó a Juan Carlos, hijo de Juan de Borbón, como rey. A la muerte de Franco en 1975, Adolfo Suárez asumió el gobierno, durante el cual se aprobó la nueva Constitución que fue ratificada por referendo en diciembre de 1978.
En 1982, el Psoe, fundado en 1879 como “partido de la clase obrera, socialista y marxista”, que, luego de la Constitución, eliminó el “marxista” de sus estatutos conservando su carácter de extrema izquierda, asumió el poder en cabeza de Felipe González. En 1989 se creó el Partido Popular (PP), como refundación de la Alianza Popular y otros pequeños partidos de centro-derecha, inspirado en el humanismo cristiano y que podría homologarse con el centro derecha europeo.
El Psoe enfrentó los primeros grandes escándalos de corrupción, como el caso “Juan Guerra “y “el caso Filesa”, una empresa fantasma creada para financiar ilegalmente al partido. Otros escándalos fueron minando la credibilidad del gobierno y la situación económica empeoró. González convocó elecciones en marzo de 1996, en las que ganó el PP y José María Aznar inició su gobierno que duraría ocho años, en los que los principales problemas fueron el terrorismo, los “nacionalismos” internos, especialmente en el país vasco y Cataluña, y la inmigración ilegal. Tres días antes de las elecciones generales (marzo 2004) estallaron las bombas en los trenes de cercanías, que produjeron casi 200 muertos y más de 1.500 heridos. Hubo confusión sobre si había sido la ETA (como lo sostenía el gobierno) o Al-Qaeda.
El Psoe recuperó el poder con José Luis Rodríguez Zapatero que incluyó en su gobierno decisiones “progresistas” como el matrimonio entre personas del mismo sexo, una nueva regularización de inmigrantes, reforma de los estatutos autonómicos y negociaciones con la ETA. Tuvo que abordar la crisis de los sectores inmobiliario y financiero y el desempleo (se habían perdido cerca de dos millones de puestos de trabajo), de manera que S&P redujo la calificación de España a AA. A finales de 2011 el Psoe perdió las elecciones y Mariano Rajoy ganó la presidencia.
Para superar la crisis económica Rajoy emprendió un programa de reducción del gasto público y una subida de impuestos, pero la recesión y el desempleo aumentaron. Pero, además de los escándalos por la financiación ilegal del PP, el gran problema fue la declaración de independencia de Cataluña.
Rajoy sucumbió en junio de 2018 a una moción de censura, y ascendió al poder Pedro Sánchez del Psoe con el apoyo de la izquierda. Ha retomado la idea de Zapatero de eliminar la cruz de El Valle de los Caídos y desterrar de allí el cuerpo de Franco.
Como en otras partes del mundo, nuevos partidos están tomando impulso, entre ellos, Ciudadanos, fundado en 2006 que se autodefine como de centro-izquierda y aconfesional; Vox fundado en diciembre de 2013 por algunos críticos de Rajoy por el abandono de éste a los principios del PP, como el apoyo a la familia y a la vida; y Podemos, fundado en marzo de 2014 como de extrema izquierda y liderado por Pablo Iglesias, que cogobierna con el Psoe.