Emmat: escuela de asombro | El Nuevo Siglo
Sábado, 18 de Marzo de 2017

Es quizás del mundo de la cultura donde florecen las mejores almas de la paz. Ya Píndaro hace más de dos mil años nos hablaba de la poesía y la literatura como las máximas expresiones de la espiritualidad y Sófocles, Esopo, Hesíodo, Eurípides y tantos otros encontraron en ella la manera de vivir bien y de trascender.

Por eso es que no dejo de salir de mi conmoción, de esas plagas de alegría y superlativa satisfacción al ver cómo una escuela de artes colombiana es capaz de contar con la confianza de la más importante y reconocida escuela de música y artes del mundo entero. La alianza entre Emmat y Berklee College of Music de los Estados Unidos se renovó en esos términos y en torno al amor a la cultura con un magistral concierto en el Teatro Julio Mario Santo Domingo, el pasado 7 de marzo en Bogotá.

El presidente de Berklee no paró de elogiar nuestra riqueza cultural como tampoco de presagiar buenos augurios cuando de desarrollar nuestro talento y potencial artístico se trata. Los que allí estuvimos disfrutamos de los sabores culturales de cada rincón de nuestra patria: Toto la Momposina, Carlos Vives y cada uno de los participantes descrestaron más allá de su reconocido talento, brillaron por su humanidad, su carisma, su regocijo por el arte y su generosidad para con una nación que todavía no encuentra suficiente valor y prestancia al mundo de la cultura.

A Alejandro Cajiao Londoño, a su equipo de directivos y docentes y a sus estudiantes, Colombia entera le empieza a deber una de las más grandes acreencias, la de la gratitud. Se la han jugado por llenar ese espacio, por rellenar los huecos que la miseria y la pobreza dejan y que suelen ser los más profundos, a saber, los de la desilusión y el desgano. Y para ello se valieron del arma más fantástica y más hermosa, la de la cultura y las artes.

Quiero entender que con su música no solamente proyectan profesionales y artistas, sino esperanza e ilusión. Sí, tal cual, como Píndaro, Eurípides y Sófocles y tantos otros a los que hace más de dos mil años y en un ambiente de guerra y barbarie le apostaron a la cultura y terminaron construyendo lo que hoy se suele conocer como “occidente”

Por tanto, por eso y por lo que viene, auguro éxitos a Emmat  y me inclino ante la majestuosidad de su obra y, más aún, de su inexorable legado.

*Miembro de la Corporación Pensamiento Siglo XXI.

@rpombocajiao