Dos mujeres valientes | El Nuevo Siglo
Lunes, 4 de Julio de 2022

 A propósito de los trabajos de la Comisión de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos que investiga los nefastos sucesos del 6 de enero de 2021 que pusieron en jaque la tradición democrática de ese país, cabe destacar la actuación de dos valientes mujeres convertidas en ejemplos de dignidad. La primera, una joven con muy poca experiencia que cuando habla parece estar a punto de quebrarse; y la segunda, una curtida congresista con una rica tradición familiar, a las que une   el mismo sello del coraje y la convicción de obrar de manera correcta. 

Como muchos comentaristas lo han puesto de presente, Cassidy Hutchinson, la exayudante de la Casa Blanca, quien aceptó dar testimonio y revelar detalles de la conducta incalificable del aún todo poderoso expresidente Trump en el día de la toma del Congreso incitada por él, ha dado prueba de un coraje que sus compañeros y sus superiores con mucho más poder y protección, no han mostrado.

Los previsibles ataques de todo tipo que inmediatamente se han dado en su contra para descalificar su persona y su testimonio, no la disuadieron de cumplir el deber de dar a conocer lo que le constaba de esos episodios y del comportamiento del presidente y de su entorno inmediato al que tenía acceso por sus funciones.

 En la misma línea de no ceder ante los más feroces  y desleales ataques, la representante Liz Cheney, quien si bien no es la única  integrante del partido Republicano que hace parte del referido Comité, sí es la que  de manera evidente ha  asumido el protagonismo de esta tarea, con todo lo que ello significa, incluido el duro enfrentamiento con sus copartidarios que de lo mínimo que la acusan es de traición-, mantiene firme y alta la voz para exigirles un mínimo de coherencia  en el cumplimiento de sus deberes democráticos y de respeto de la Constitución.

Algunos dirán que no tiene mayor mérito recordar elementales presupuestos del Estado de Derecho. El tema es que la mayoría de los miembros de su partido  parecieran  haberlos olvidado, y no dan muestras de estar dispuestos a  recordarlos, ni menos  a tenerlos en cuenta en el inmediato, por temor a enfrentar las consecuencias para sus carreras políticas ante el posible  abandono de sus futuras candidaturas por parte de las bases del partido, aún obnubiladas por el discurso populista del señor Trump; temor que no comparte y que por el contrario confronta con sólidos argumentos y actitudes  la señora Cheney. He allí precisamente todo el valor de esta formidable mujer.

 @wzcsg