El primer debate entre Trump y Biden de esta noche será sin lugar a dudas la tendencia, como se dice hoy en los medios. Si bien se sabe que la conquista del voto latino será trascendental, todo parece indicar que, por ahora, en el escenario de la Universidad de Case Western, en Cleveland, el moderador y presentador de Fox New Sunday, Chris Wallace, con plena autonomía, optó por seis bloques, donde los temas de Latinoamérica serán transversales pero no específicos.
Wallace escogió los temas mediáticos y de coyuntura para el debate, lo cuales pueden cambiar según las noticias del momento. Por supuesto lo encabezarán el covid-19, la economía y las protestas raciales en el título de raza y violencia en las ciudades como la Suprema Corte de Justicia, la integridad de las elecciones y los registros o el historial de ambos candidatos.
A la pregunta de si este cara a cara puede incidir en las diferencias entre cinco y diez puntos en las encuestas a favor de Biden y reboten, Trump ha dicho que se prepara debates todos los días: simplemente haciendo lo que está haciendo, lo cual es cierto.
En primer lugar conquistó la presidencia del BID para los próximos cinco años en cabeza de un estadounidense, Mauricio Claver-Carone, su asesor de la Casa Blanca para Latinoamérica. De otra parte, alcanzó la mayoría conservadora en la Suprema Corte de Estados Unidos, con el nombramiento y cargo vitalicio de Amy Coney Barrelt, sucesora de la llamada progresista y feminista RGB, Ruth Bader Ginsburg, tercer juez que nombra como Presidente, reconocida por él mismo como “devota madre de familia”. Es contraria al aborto, mamá de siete hijos y defensora del derecho a la tenencia de armas.
En el mismo sentido, Trump firmó la orden ejecutiva para la atención especial en salud a los niños recién nacidos y bebés vulnerables, incluidos los sobrevivientes a un aborto, los extremadamente prematuros o con discapacidades. En términos de Melanie Israel, se trata de proteger a los bebés nacidos vivos que pueden ser víctimas de discriminación. Esto también puede interpretarse como el preámbulo a la defensa del derecho de los niños por nacer, que tiene en deuda el mundo.
Aunque el tema del voto latino no estará en la cabecera del debate, las menciones que los candidatos hagan tangencialmente, dentro de los temas escogidos, serán claves para su conquista.
Trump parece centrar su estrategia en la credibilidad, en una imagen segura de autoridad, percepción que el elector siempre aprecia de un gobernante. Por otro lado no ha escatimado en elegir o proponer en los cargos vacantes tanto de la Corte Suprema y del BID, a quienes plenamente lo identifican, sin camuflar su posición conservadora por motivos electorales y muy seguramente en la defensa a la economía antes del Covid-19.
Queda el mes D, los cuarenta días definitivos, donde la contundencia ideológica de ambos será la vara, pues en los temas de Latinoamérica no parecen estar tan lejanos el uno del otro. El debate puede ser trascendental, no tanto por quien gane técnicamente sino por quien proyecte una mayor seguridad. Anochecerá y veremos.
*Presidente Corporación Pensamiento Siglo XXI
uribemariaelisa@gmail.com