Caminos | El Nuevo Siglo
Sábado, 12 de Octubre de 2019

Fue satisfactorio el análisis de La Gran Ruptura. La naturaleza humana y la reconstrucción del orden social (Editorial Atlántica, Madrid, 1999) por Francis Fukuyama; siempre ha complacido la posibilidad de utilizar textos de diverso orden en el estudio de nuestro país, de encontrar esa aplicación y se resume la situación. Sostiene Fukuyama que el fenómeno por él deducido es válido solo para países avanzados y, salvo mejor opinión, dicho modelo, descartado u olvidado por su creador, es válido para el estudio de las naciones en proceso de desarrollo. A los factores considerados por Fukuyama, factibles en Colombia, se agrega uno adicional: el conflicto interno armado, vigente por más de medio siglo en Colombia, y traducido en paz imperfecta e incompleta como herencia de Juan Manuel Santos Calderón, o sea, el presidente de la república de mayores logros en la solución de dicha contienda en la historia de Colombia.

 El examen de La Gran Ruptura pospuso la mirada en otros asuntos y cabe señalar que la problemática diaria en Colombia es amplia, diversa y puede ser espectacular y trágica por lo cual el presente ejercicio asume básicamente el rasgo de inventario a resolver pronto. Se destaca, en primer lugar, un aspecto positivo, cual es prohibir bienes perjudiciales, aunque el progreso, usual en Colombia, ha sido lento y, por lo tanto, perjudicial: glifosato y asbesto (prohibidos a partir de 2021), mercurio (ley 16 de 2013), plásticos de un solo uso, icopor (presentado proyecto de ley).

Están pendientes acabar con los elefantes blancos, completar la eliminación de las normas obsoletas, regular la protesta social, hallar la respuesta final al estudio de la represa de Hidroituango en los ángulos financiero y de ingeniería, reanudar el transporte férreo, eliminación de las contralorías territoriales, suprimir las perspectivas desfavorables en los déficits comercial y fiscal, calmar los nervios de las calificadoras de riesgo, contrarrestar la aspiración de congresistas de apoderarse del 20% del presupuesto de inversión, clarificar la desaparición de 112 uniformados del ejército en el conflicto interno armado, castigar las “jugaditas” de Ernesto Macías, el interrogatorio a Álvaro Uribe Vélez en la Corte Suprema de Justicia, el progreso en el desempeño de la JEP, evaluación de la gestión de Germán Efromovich en Avianca. Se destaca, dentro de lo positivo, la creación de los ministerios de ciencia y deporte y el segundo es una vía para el impulso de la identidad nacional.

 Paréntesis. Inesperado y sorpresivo el fallecimiento de Guillermo Perry Rubio con quien se tuvo excelente relación, en la Universidad de los Andes, al cambiar su actividad de ingeniero a la de economista, proceso que llama la atención por su relativa frecuencia.