Iniciamos un año que está marcado por dos fechas electorales: una para elegir a nuestros representantes en los cuerpos colegiados, y otra para elegir al Presidente y Vicepresidente de la República de Colombia.
Estas dos fechas son esenciales y definitivas para el futuro de nuestro país, pues recae en nosotros la responsabilidad de elegir bien.
Debemos para ello, en primer lugar, tener en cuenta no sólo la preparación de los candidatos, que sean idóneos para la tarea que tendrán encomendada sino que, además, su hoja de vida esté limpia y su nombre se encuentre alejado a cualquier escándalo, especialmente de corrupción.
Los colombianos no podemos tolerar que se sigan presentando actos de corrupción en las distintas ramas del poder público y que haya impunidad. Debemos, por el contrario, exigir pronta justicia a quienes incurren en tales delitos. Tampoco podemos tolerar, lo que es peor, como en el caso del exviceministro de Transporte, que como fue comprobado aceptó haber recibido cerca de 20.000 millones de pesos de Odebrecht para la adjudicación de un contrato de vía pública y fue sancionado con seis años de cárcel y 65 millones de pesos. En otras palabras, además de imponerle como sanción una fracción de lo recibido, lo pondrán en libertad pronto, al descontar los años que estuvo en la cárcel durante la investigación y el juicio. Grave antecedente para quienes han acabado en nuestro país con los valores de la ética y la moral.
Por eso tenemos que ser muy cuidadosos con nuestros votos. También tenemos que tener en cuenta que hay que valorar y estudiar las propuestas de los candidatos. Acuérdense que han llegado aquellos que ofrecieron firmar en piedra no subir los impuestos o no pactar puntos en el proceso de paz y después, ya en ejercicio del poder, no les importó hacer lo contrario engañando a su pueblo y dejándonos con los impuestos, casi más altos del mundo, sin el bienestar y la calidad de servicios que deberían dar. Ha llegado a tal punto que muchos colombianos están buscando otros destinos tributarios para pagar sus impuestos. Por otra parte, tenemos un país polarizado, lleno de odio, desconcertado y desmoralizado por la situación que hoy vivimos.
Ya no se trata de rivalidades políticas sino de la responsabilidad de los votantes a la hora de elegir. Los partidos en su gran mayoría están en crisis y la falta de credibilidad en gran parte de nuestros líderes políticos es inmensa. Tenemos que llegar a un punto en común, lograr la determinación de escoger a los mejores entre los candidatos, con responsabilidad y un buen análisis de a quién adjudicamos nuestro voto. No podemos en el futuro exigir o protestar cuando no hemos participado o hemos escogido mal. Llegó el momento en que todos, sin excepción, participemos.
Como candidatos a la Presidencia, según las encuestas, hay siete nombres que sobresalen: Iván Duque, Germán Vargas Lleras, Marta Lucía Ramírez, Sergio Fajardo, Gustavo Petro, Humberto De la Calle y Clara López. Les pido a todos que nos pongamos en la tarea de informarnos respecto a los mismos, para que mañana podamos decir que votamos a conciencia por quien realmente creíamos era la mejor opción y logremos sostener los motivos con argumentos bien fundados.
Derrotemos los odios, el populismo, la corrupción, la impunidad y defendamos la institucionalidad, la paz en el marco de la verdad, la justicia y la reparación y el compromiso con nuestro futuro, la democracia, el desarrollo con equidad y la presencia de Estado en el campo, las zonas lejanas y marginadas. Solo así tendemos una sola Colombia con un mejor futuro.