Todos los que en alguna manera somos aficionados al lenguaje, que es el español, mal llamado así pues así suele denominarse el idioma predominante en España, cuando en realidad nuestro idioma o lenguaje debe llamarse con propiedad castellano porque fue el predominante en la provincia de España llamada Castilla. Sobre esta observación pueden aceptarse toda suerte de opiniones. Lo cierto, sin entrar a discusiones que pueden parecer inocuas, bien se puede aceptar que nuestro idioma el que nos trajeron los españoles, bien puede llamarse español o castellano y todos quedamos entendiendo de qué se trata.
Lo cierto es que todos los idiomas tienen sus características propias dadas por las costumbres en su utilización que tienen que ver con el origen de la región supone que se habla y también a la mentalidad y a la manera de pensar de quienes lo usan. El idioma es la manera como se supone que se entienden las personas y cómo se transmiten sus pensamientos entre sí quienes lo entienden. Si nos remitimos a Colombia en donde nuestro idioma es el español a castellano, como nos trajeron los españoles, depende la zona del país que se estudie y analice para poder identificar las modalidades de sus habitantes que lo usan. De otra manera no habría existido el diccionario de Colombianismos, que no es otra cosa que el listado analítico de vocablos de nuestro idioma y su significado conforme al sector del país en el cual se usan. Se lleva el estudioso sorpresas preciosas y enriquecedoras; un mismo vocablo tiene significados distintos de acuerdo con la etnia que lo utilice. Una palabra que bien puede ser de uso poco usual en un una zona puede significar otra cosa en la antípoda, si es que se puede utilizarse esta expresión que en realidad corresponde a polos opuestos y es bien sabido que nosotros estamos en pleno trópico, y no sabemos que existen los polos norte y sur, sino por el estudio de la geografía.
Tenemos expresiones que son ajenas al significado oficial de las palabras, pero que se usan dándoles uno diferente al que estipula el Real Academia de la Lengua. Por ejemplo vale la pena mencionar la palabra “catorce” la cual, según nuestra biblia idiomática y de significado de las palabras la define como a la suma de trece más uno sin opción diferente. Sin embargo, entre nosotros se utiliza para pedir a alguien, particularmente un allegado amigo cercano, un favor pequeño. Por ejemplo, si se trata de pedir a alguien el favor de adquirir una boleta para entrar a un espectáculo y a quien se le pide este más adelante en la fila, bien se puede acercar a esa persona y pedirle un “catorce” como es aprovechar que está adelante y pedirle que compre la entrada que se quiere, para evadir la fila.
Hemos tratado de encontrar este significado sin éxito alguno.