En la semana que acaba de pasar, en la emisora Blu Radio, tuvo desarrollo una noticia aparentemente pintoresca pero que en realidad esconde una gran tragedia nacional. Los periodistas de la emisora, especialmente los que encabeza Oscar Montes en la Región Caribe, abordaron el tema de un “emprendedor” costeño que en inmediaciones de las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta, en el corregimiento Guachaca, de la ciudad de Santa Marta, explota el “Hostal, Restaurante, Bar La Macarena”. El genio dueño del lugar no halló mejor forma de ofrecer una atracción acuática de su establecimiento que armarle una rústica represa al río “Piedras” para obtener una piscina natural, sin ningún respeto por el cauce del río, ni por las necesidades de los usuarios aguas abajo.
La Corporación Ambiental del Magdalena Corpomag, tomó cartas en el asunto, pues encontró una construcción en concreto y unas compuertas rudimentarias que represan el río Piedras. Ojalá no solo se limiten al procedimiento formal de la resolución que ya hicieron, sino que dispongan la remoción material e inmediata de la obra ilegal.
El robo de ríos y ciénagas en Colombia y especialmente en la Costa Atlántica no es una novedad. Muchos de los potreros en los que pastan algunos de los mejores ganados del país son tierras robadas a los ríos o a las ciénagas. Escándalos de finqueros que desecan las ciénagas, como el que se ha denunciado desde 2015 en el Remolino (Magdalena) o el de la tristemente célebre finca “Mendegua”, simplemente se saben en las noticias, aunque nunca se hace seguimiento del tema. El país y las autoridades parecen contentarse con el escándalo mediático o simplemente resignarse a espectáculos tan tristes como el de la muerte lenta de la ciénaga grande por la chambonada de la carretera Ciénaga-Barranquilla o la de la laguna de Fúquene convertida en potreros o en cultivos de cebolla.
Es urgente que el país adopte políticas serias y muy drásticas en materia de protección del agua. Afortunadamente desde el “Plan Estratégico del Sector Defensa y Seguridad 2016-2018” se han definido por parte de las Fuerzas Armadas la protección del medio ambiente y de los recursos naturales como un área misional. Y en la más reciente “Política de Defensa y Seguridad (PDS), por la Legalidad, el Emprendimiento y la Equidad” en el tema 3 “Ejes de la Transformación Estratégica” se define (3.1) que “el agua, la biodiversidad y el medio ambiente son activos estratégicos de la nación” y se califican “como intereses nacionales principales y prevalentes”.
Si ello es así y todas esas conductas están contempladas como delitos medio ambientales, no se entiende porque Policía y Ejército Nacional cuando encuentran maquinaria pesada desecando ríos y obras civiles ilegales con ese fin, no proceden inmediatamente a su destrucción como hacen, por ejemplo, con las que encuentran dedicadas a la minería ilegal.
¿Será que dentro de los planes estratégicos pesa más el “emprendimiento” que la legalidad y la equidad y por eso es que el que se está robando el río Piedras se autodenomina “emprendedor”?
@Quinternatte