Está claro que el aspirante Republicano recortó mucho terreno e igualó a un Presidente-candidato que si bien no cae tampoco avanza sustancialmente. La pelea entra en su recta final y el aspecto económico pesa cada día más en la franja de indecisos y las bases partidistas. Análisis.
El fenómeno Obama que hace cuatro años conmocionó al mundo político y llevó a que Estados Unidos eligiera, por primera vez en su historia, a un afrodescendiente, parece que comienza a disiparse y hoy la reelección del Mandatario, que meses atrás se daba por descontada, está en vilo.
Así puede desprenderse del más reciente sondeo realizado por The Washington Post y la Cadena ABC que ubica a las cartas presidenciales de los Demócratas y los Republicanos Barack Obama y Mitt Romney, respectivamente, con 47% de intención de voto, a escasos cuatro meses de la verdadera encuesta: la de las urnas.
De esta forma la carrera hacia el poder norteamericano está codo a codo y, según los analistas, esa tendencia se mantendrá, por lo que los candidatos deberán redefinir sus estrategias de campaña para “cazar” el voto del sector de la población que aún no ha determinado a quién respaldará en la justa del 6 de noviembre.
Específicamente el sondeo realizado a 1.003 personas hace una semana señala que 38% tiene definido su voto por Obama, mientras que 36% lo hará fijo por Romney. Se evidencia un sector de indecisos, donde 6% dice que probablemente respaldará al presidente-candidato y el mismo porcentaje lo hará por su rival republicano. Y, en otro grupo de encuestados, 3% manifiesta que podría cambiar su decisión a favor de Obama mientras que 5% haría lo propio por el aspirante conservador. (Ver gráfico).
Evolución electoral
Lo más destacable del sondeo divulgado ayer es que es el primero en el que ambos candidatos se encuentran empatados -47%- en intención de voto, ya que los anteriores, especialmente el de hace un mes, mostraban diferencias a favor de uno u otro dentro de los márgenes de error, lo que se conoce como empate técnico. Esta situación se había registrado en dos ocasiones en las 13 consultas realizadas en un año.
En abril de 2011, cuando apenas arrancaba la competencia interna de los Republicanos para escoger su “as” presidencial, las encuestas situaban a Romney con 45% de respaldo del electorado en el hipotético caso de que se enfrentara a Obama por la Casa Blanca, quien lograba 49%. Al final de ese año se registró el primer empate técnico entre ambos con 47% de intención de voto, pero aún no estaba definido que el ex gobernador fuera el candidato republicano.
Al comenzar el año, con un panorama conservador ya más despejado, aunque con otros dos rivales en liza, Romney alcanzaba 45% de respaldo electoral frente a 51% de Obama, porcentaje que se mantuvo en abril. En mayo fluctuaron sólo dos puntos porcentuales, bajando el actual Presidente y ubicándolos dentro de los márgenes de error, consolidándose un empate técnico.
Sin embargo, como se dijo, la encuesta de ayer los sitúa en una paridad de 47%. Tiene mucha repercusión ese resultado porque es la primera que se registra en la campaña electoral tú a tú, lo que reafirma la convicción conservadora de ser una real alternativa de poder y la sensación de que podría estar en la antesala de la mansión de Washington.
Factor económico
De otro lado, lo que causó sorpresa en el mundo político norteamericano es que se esperaba que las recientes decisiones de la Corte Suprema de Justicia en temas clave como la constitucionalidad de la reforma a la salud -uno de los programas bandera de Obama- o la caída parcial de la ley Arizona sobre inmigración, que fue duramente criticada por el Mandatario, se convirtieran en viento de cola electoral para el líder demócrata.
Sin embargo parece que ello no tuvo incidencia en la opinión pública, como sí lo han tenido los indicadores económicos, terreno en el que Obama es muy vulnerable. Con un desempleo que asciende a 8,2% de la población activa y un débil crecimiento, 54% de los entrevistados desaprueba el modo en que la Casa Blanca gestiona este trascendental acápite.
Al ser preguntados por los factores que pesan en su decisión a la hora de votar, todos coincidieron en señalar que son el manejo económico y el déficit del presupuesto federal las dos claves de la actual crisis. Y en estos dos ítems, los electores confían más en Romney que en el actual Mandatario.
De esta forma ante la pregunta ¿Cuál candidato sería el mejor para manejar la economía?, 48% señala que Romney contra 45% que se inclina por Obama. Frente al déficit del presupuesto federal, 51% considera como la mejor opción al aspirante republicano frente a 43% del demócrata.
En aspectos sociales clave como salud e inmigración, el respaldo mayoritario es para el actual Presidente, aunque con una leve ventaja. En el primer tema, 48% lo considera como la mejor opción, frente a 44% que logra Romney; y en el segundo tema la diferencia es de tan sólo tres puntos porcentuales: 46% a 43%.
Analistas políticos norteamericanos consideran que la publicidad negativa emprendida por el equipo Demócrata contra su rival, que matizó este período (mayo-junio), no ha sido de buen recibo en el electorado, imbuido en sus preocupaciones diarias: empleo, salud e inmigración.
Y es precisamente por ello que alrededor de dos tercios de los estadounidenses consideran que su país va en dirección errónea y la mayoría desaprueba la gestión del jefe de la Casa Blanca durante todo un año.
Lo que viene
Para inclinar la balanza a su favor, tanto Demócratas como Republicanos tendrían que dar un golpe de timón en los cuatro meses que quedan de campaña, especialmente en la publicidad, donde ha sido millonaria la inversión y el mensaje diametralmente opuesto.
De esta forma, mientras los Demócratas se han centrado en atacar sin tregua el desempeño de Romney en Bain Capital, una empresa de inversión que cofundó, el aspirante Republicano y sus seguidores concentraron una parte considerable de su tiempo en atacar el expediente económico de Obama.
Así las cosas, si la elección presidencial se convierte en un "referendo" sobre la reforma sanitaria promulgada por Obama en 2010 o sobre el estado de la economía, eso puede favorecer a Romney, según el encuestador Peter D. Hart, quien también resalta que si se transforma en un referendo sobre los "aspectos personales", entonces el actual Mandatario parte con ventaja.
Es por esa razón, a juicio del mismo encuestador, que el reto para el republicano es fortalecer su imagen entre los estadounidenses.
"Es un nombre conocido, pero una persona desconocida", dice basándose en el resultado de la encuesta que devela que solamente 20 por ciento de los entrevistados dice que "sabe mucho" del ex gobernador de Massachusetts, frente a 43 por ciento que indica lo mismo sobre Obama.
Por sectores de la población, el republicano no sólo logró conquistar el respaldo mayoritario y entusiasta del ala más conservadora de su Partido, el llamado Tea Party, sino que ganó terreno, y grande, entre los hombres y la población blanca norteamericana.
En tanto, el candidato a la reelección sigue teniendo gran parte de su nicho electoral entre los afroamericanos, las mujeres, los latinos y los jóvenes.
En cuanto a la votación por Estados, especialmente en los considerados indecisos y claves para la elección de noviembre, el aspirante a la reelección aventaja a su rival por escasos puntos porcentuales.
Un sondeo de USA Today/Gallup revelado el domingo pasado pone a Obama con 47% sobre 45% de Romney entre los votantes registrados de los estados de Colorado, Florida, Iowa, Michigan, Nevada, Nueva Hampshire, Nuevo México, Carolina del Norte, Ohio, Pennsylvania, Virginia y Wisconsin.
Los Estados clave -llamados "swing" (oscilantes)- no pueden ser pronosticados fácilmente y en muchas ocasiones pueden determinar el resultado de las elecciones.
En el resto del país Obama vence a Romney 48% a 44%, siempre de acuerdo a la encuesta.
El sondeo se realizó entre 2.404 votantes registrados entre el 22 y el 29 de junio pasados, con un margen de error de +- 4 puntos porcentuales.
Los indecisos
De las estrategias que adopten los candidatos y sus equipos dependerá que este empate deje de ser un inamovible, tal y como lo predicen los analistas, hasta noviembre y se profundice la ya de por sí polarización electoral intensa.
Nueve de cada 10 Republicanos respaldan a Romney, y una proporción similar ocurre con los Demócratas con Obama. Sin embargo, y he ahí el meollo, un porcentaje, aunque es relativamente pequeño (6% en cada colectividad), ha manifestado que podría cambiar de opinión antes de noviembre. Es hacia ellos donde deberán enfocarse la táctica y la estrategia, que según expertos tienen que ser un alto nivel de compromiso temprano con los aspectos que más le preocupan a la población.
Cabe resaltar, como lo reseña The Washington Post, que Obama aún se beneficia de una clara brecha de entusiasmo, aunque disminuyendo. “Más de la mitad, 51 por ciento, de sus seguidores avala su candidatura "con mucho entusiasmo", en comparación con 38 por ciento de Romney. También hay una diferencia en la motivación, con 75 por ciento de los partidarios de Obama diciendo que su voto es "para" él, en contraste con 59 por ciento de los partidarios de Romney diciendo que su voto es "en contra" de Obama. Una situación similar ocurrió en el año 2004 con el presidente George W. Bush, cuando los Republicanos se enfilaron tras él, al igual que un amplio sector Demócrata”.
Y aunque el optimismo partidario con Obama, al igual que el de un sector ciudadano que considera que la reelección del jefe demócrata es un hecho, el panorama que enfrenta es muy incierto y no sólo por la escalada del Republicano que a hoy lo tiene empatado en la intención de voto, sino por la lentísima reactivación de la economía y el alto guarismo del desempleo, retos que sin duda no ha podido “domar”.
Entre tanto más precavido en su campaña y mesurado en su publicidad, el republicano Mitt Romney avanza firme en la contienda, logró alinear tras su aspiración a todo su partido y capitaliza un cada vez mayor descontento ciudadano.
Romney también se anota un hit con el recaudo de fondos de campaña. En junio logró US$106,1 millones, un nuevo récord, y aunque el equipo de Obama no ha divulgado esos datos, muy seguramente serán inferiores, lo que llevaría a que los Republicanos los superaran por segundo mes consecutivo.
Con un optimismo republicano en aumento, al igual que la preocupación de los demócratas, el final de la campaña pinta muy como un cabeza a cabeza, en donde cualquier error político o de estrategia puede ser fatal y es seguro que la coyuntura diaria impactará de forma sustancial. La carrera por la Casa Blanca entra en la recta final y los competidores no se sacan aún ventaja…