La presidenta brasileña Dilma Rousseff anunció ayer una reducción de las tarifas de energía eléctrica en 2013 de hasta 28% para la industria y 16% para el consumidor residencial, destinada a impulsar la economía y reducir los impactos de la crisis.
"A partir del inicio de 2013, la factura de luz de los consumidores residenciales se reducirá 16,2% y la de los industriales entre 19 y 28%. Esas reducciones podrán ser mayores", precisó la Presidenta.
El Gobierno espera garantizar la rebaja principalmente adelantando la renovación de concesiones por 30 años a los grandes productores a los que exigirá a cambio esas reducciones. También habrá un aporte anual del Ejecutivo de 3.300 millones de reales (unos 1.650 millones de dólares).
La tarifa de luz más barata reducirá costos y generará empleos, afirmó el ministro de Energía Edison Lobao.
La industria brasileña, que atraviesa un difícil momento, reclamaba esa reducción de tarifas desde hacía años, por considerar que la energía eléctrica en Brasil es la tercera más cara del mundo.
"La reducción de la tarifa de la energía eléctrica es un paso importante para disminuir los costos, aumentar la competitividad de la industria y favorecer el crecimiento de la economía brasileña", reaccionó la Confederación Nacional de la Industria (CNI).
La industria de Brasil, que creció apenas 0,3% el año pasado, contra 10,5% en 2010, acumula hasta julio una caída de 3,7%. El Gobierno se ha empeñado en sucesivas medidas para levantar la alicaída industria.
Una advertencia a ese descuento en la tarifa eléctrica fue hecha ayer por el diario O Estado de Sao Paulo en un duro editorial que advirtió que esta medida que impulsa la popularidad de Rousseff, puede servir para disfrazar la inflación.