Perú: se hundió moción de censura contra presidente Castillo | El Nuevo Siglo
LA PRESIDENTA del Congreso, María del Carmen Alva, durante la sesión donde se debatió la aprobación a la moción de censura contra el mandatario Castillo
Foto Congreso de Perú
Martes, 7 de Diciembre de 2021
Redacción internacional con AFP

LA OPOSICIÓN mayoritaria en el Congreso de Perú llegó a la sesión de ayer con la confianza de mantenerse unida, lo que significaba que se daría vía libre a debatir una moción de censura contra el presidente izquierdista Pedro Castillo. Pero en el transcurso del debate de casi tres horas, de los 57 votos que tenía presuntamente asegurados perdió 11, lo que hundió la iniciativa.

Presentada hace dos semanas por tres partidos derechistas, incluido la tolda de la excandidata presidencial Keiko Fujimori, admitir el debate al pedido de destitución presidencial se daba por descontado. Pero tras la intervención no sólo de los jefes de bancadas sino casi la mitad del plenario, se procedió a la votación que sorprendió a los promotores de la moción: 46 votos por el sí, 76 dijeron no y cuatro se abstuvieron de votar.

"No ha sido admitida la moción" de vacancia presidencial, declaró la jefa del Congreso, la opositora moderada María del Carmen Alva, tras leer el resultado que frustra el intento de un juicio político al presidente Castillo y evitando que el país se sumiera, como en el pasado reciente, en una inestabilidad política.

No menos de 50 legisladores tuvieron el uso de la palabra para exponer sus argumentos a favor o en contra de debatir la moción de censura contra el mandatario izquierdista, que fue sustentada en presunta injerencia suya en los pasados ascensos militares. A excepción de los voceros de bancada, que tuvieron diez minutos para justificar sus posiciones, los otros parlamentarios lo hicieron durante dos minutos.

La de ayer era la quinta moción de juicio político contra un presidente peruano en los últimos cuatro años y evocó los pedidos similares que condujeron a la caída de los mandatarios Pedro Pablo Kuczynski, en 2018, y Martín Vizcarra, en 2020, lo que llevó a una inédita sucesión de personajes al mando del país, (tres en cinco días) una inestabilidad política que se amenaza con repetir.

Si hubiese sido admitida, Castillo habría tenido que comparecer ante el pleno del Congreso la próxima semana para enfrentar las acusaciones y presentar sus descargos. Sin embargo, era muy difícil que los opositores consiguieran luego los 87 votos necesarios para declarar la vacancia presidencial por supuesta "incapacidad moral".

Vale recordar que el gobernante, Perú Libre, es la primera minoría en el Congreso con 37 legisladores, pero con los partidos o movimientos afines ronda los 65 apoyos, guarismos similares a los de la oposición.  De allí que de antemano se vaticinara más que difícil que prosperara la destitución del jefe del Estado.

Cohesionada, la bancada de Perú Libre esgrimió durante sus intervenciones que no había prueba alguna concreta que evidenciara una relación directa o influencia de Castillo con los ascensos de los militares, al igual que frente a otra de las acusaciones, las reiteradas reuniones que por fuera del Palacio de Gobierno ha sostenido con líderes empresariales, que según sus detractores tienen un tinte de corrupción.

Por su parte, los parlamentarios de los tres partidos de derecha que presentaron la moción de censura sostuvieron que el presidente Castillo se ha negado a dar explicaciones al Congreso y al país sobre los señalamientos que se le hacen y que, en aras de la transparencia y el entendimiento político está en mora de hacerlo.

El mandatario izquierdista ha calificado las acusaciones en su contra como un “intento de golpe de Estado parlamentario” porque –sostiene- desde el mismo momento de su victoria, en reñido balotaje presidencial, no admitieron la posibilidad de tener un presidente del pueblo.

Lo único que ha hecho Pedro Castillo es dinamitar las bases de nuestro Estado", afirmó la legisladora opositora Patricia Chirinos al fundamentar la moción ante el plenario. Y en esa línea se manifestaron muchos otros.

Sin embargo, los más moderados, sostuvieron que independientemente de dar otra oportunidad al presidente Castillo no convenía meter de nuevo al país en un período de incertidumbre política y que era prioritario dar una señal de estabilidad para devolver la confianza inversionista y así reactivar la economía, gravemente impactada como en el resto del mundo por la pandemia del covid-19.

Seguidores y opositores son conscientes que Castillo, por su inexperiencia y hasta ingenuidad en el manejo del poder, ha cometido una seguidilla de errores y malas decisiones que no solo dilapidaron su capital político, basado en los miles de conciudadanos que descontentos con los líderes tradicionales le dieron la oportunidad de gobernar, sino que llevó al debate de ayer en el Congreso. Pero lo son, igualmente, en la urgente necesidad de que arranque en firme su gestión para mejorar las condiciones económicas y sociales de todo el país.


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Pero para evitar que una situación como ésta se repita, el presidente deberá buscar el diálogo y el entendimiento político, que no se vislumbra fácil pero si posible, siempre y cuando como lo ha señalado quiere ser el mandatario de todos los peruanos.

Castillo ajusta cuatro meses y medio al mando con una infinidad de problemas que van desde presiones del mismo oficialismo y acoso opositor hasta la negativa inversionista. A ello se suma que está en entredicho su actuación en los ascensos militares y esa presunta injerencia dio pie al fallido pedido de destitución. Por este caso, además, fue citado a declarar el 14 de diciembre ante la fiscal nacional, Zoraida Ávalos.

Fracasado el intento de un juicio político en su contra, tiene ahora la oportunidad de presentar al país las explicaciones sobre los cuestionamientos en su contra, al igual definir una estrategia de mano tendida, es decir abrir el diálogo para lograr acuerdos programáticos con la oposición en aras de asegurar la gobernabilidad. Pero para ello deberá corregir el rumbo, que es lo quieren sus detractores.

La desaprobación del presidente se ubica en el 57% y la del Congreso es del 75%. De allí que las partes podrían enfocarse en lograr consensos mínimos para que el gobierno arranque en firme y el Parlamento ejerza su labor de control político con una mayor credibilidad.

Analistas como Augusto Álvarez Rodrich, académico de la Universidad del Pacífico, habían vaticinado que la “vacancia (destitución por incapacidad moral) se había desinflado por falta de una supuesta prueba que conectara al mandatario con la corrupción”. Sin embargo, advirtió que “el gobierno sigue siendo muy caótico, sin orden, equipo, alianzas y mucha impericia", por lo que salvado del juicio político, deberá dar un timonazo.

"Castillo requiere alianzas políticas, orden y conformar un equipo que haga viable su gobierno, porque es un presidente muy débil", añadió.

Por su parte el también analista Hugo Otero, sostuvo que "el Perú no quiere vivir más en crisis, el Congreso ha reaccionado en función de la realidad terrible que viven los peruanos, que quieren estabilidad y soluciones a los problemas que afrontan".

El debate de la moción se retrasó ayer porque previamente el plenario rindió un homenaje a la Policía y luego empezó a interpelar al ministro de Educación, Carlos Gallardo, a quién no le reclamaron por su gestión sino le pidieron mejoras para la infraestructura educativa en las regiones.

hacia las 6 de la tarde comenzó la discusión sobre la moción de censura y, dos horas más tarde se verificó la votación que, como señalamos requería 52 votos a favor para seguir su trámite parlamentario.

La presidenta del Congreso, la derechista María del Carmen Alva, mantuvo la sesión en orden y permitió la participación de todos los legisladores que quisieron hablar.

En la antesala de la sesión parlamentaria, negó que estuviera buscando la salida de Castillo. "Yo no voto, yo dirijo [el debate] y no opino al respecto", añadió, al tiempo que sostuvo que el ánimo de los opositores más que destituir al mandatario es promover la "transparencia, comunicación y trabajar por la gobernabilidad".

La incertidumbre política por la moción de censura levantó nubarrones sobre la economía peruana, que venía superando el azote de la pandemia: el dólar está en alza y la inversión privada en caída, lo que lastra la recuperación.

En el trasfondo, tanto oficialistas como opositores eran conscientes de que la destitución no prosperaría, pero los primeros quisieron aprovechar este debate para reiterar su llamado de cambio al gobierno y develar hasta qué punto era verdad que Castillo no es ‘títere’ de su mentor y secretario del partido marxista que lo llevó al poder, Vladimir Cerrón.

Está ahora en manos del presidente Castillo buscar un entendimiento político para sacar avante en el Congreso las iniciativas que urge el país.