Según un estudio hecho por ONU Mujeres, en las principales ciudades de Colombia seis de cada diez personas del género femenino han sido víctimas de acoso sexual. 

Por eso se discutirá en tercer debate en el Senado el proyecto de ley que modifica el artículo 210A del Código Penal, que busca crear el tipo penal de acoso sexual en espacio público.

EL NUEVO SIGLO habló con una de sus autoras, la representante de la Alianza Verde Katherine Miranda, quien explicó los aspectos fundamentales del proyecto.

EL NUEVO SIGLO: ¿Qué es exactamente lo que busca esta iniciativa legislativa?

KATHERINE MIRANDA: Esta ley es una cruzada que hemos hecho varios congresistas latinoamericanos frente a la situación de acoso sexual callejero. Es una ley que ha avanzado mucho en México, Argentina, España y Perú. Actualmente, el Código penaliza el acoso sexual siempre y cuando se determine una relación de poder, eso significa, por ejemplo, profesor-alumna, empleado-empleada. Pero en el espacio público no hay una relación de poder. Entonces en Colombia existe una figura que se llama “injuria por vía de hecho”, por eso cuando pasan situaciones como el acoso callejero, o en Transmilenio, ni siquiera el delito tiene connotación sexual. Por eso la apuesta de nosotros es igualar el acoso sexual en el ámbito privado en la misma medida que el acoso sexual callejero. 

ENS: ¿Cómo determinar cuándo es piropo y cuándo es acoso?

KM: La ley contempla exactamente las mismas características del espacio privado: una cosa es un piropo y la otra es el acoso verbal, que es totalmente diferente, que ya está contemplado en el Código Penal. Ha habido una tergiversación por los medios de comunicación frente al tema del piropo, nosotros no estamos penalizando en ningún momento el piropo. Cuando un hombre se acerca a una mujer, la persigue y la asedia verbalmente con connotación sexual, esto es algo completamente diferente.

El Código Penal lo determina y es un juez quien determina si es acoso o es piropo. Nosotros hablamos de asedio verbal con connotación sexual. Ya ha habido casos en nuestra jurisprudencia en el ámbito privado y el juez dirime si es simplemente un piropo o es un acoso sexual. No podemos trivializar el proyecto frente a la palabra piropo, ha pasado mucho en la jurisprudencia que el asedio verbal va acompañado con el acoso físico.

ENS: Este proyecto también tiene un componente pedagógico ¿Cómo es eso?

KM: El proyecto de ley también contempla algo muy importante y son unas transformaciones culturales a través de la pedagogía y la educación. Hoy en día se cree que está bien decirles cosas a las mujeres en la calle, tocarle alguna parte del cuerpo y eso es “culturalmente aceptable”. No es grave, solo es muestra de macho, de hombría, y las mujeres no deben dar ‘papaya’ para ese tipo de situaciones. El proyecto de ley contempla que los entes territoriales deben hacer unas transformaciones y tener unos recursos importantes para la educación, sobre todo en niños.

Todo garrote tiene que ir con zanahoria, por eso el proyecto de ley contempla educación. Podemos poner penas altísimas, podemos dar avances importantes dentro del Código Penal, pero si no hay unas transformaciones culturales, si no educamos a nuestros hijos en torno al respeto a la mujer, no basta con la ley.

ENS: ¿A qué tipo de penas se verían expuestos los acosadores?

KM: Exactamente, en lo que respecta al acoso sexual en el espacio público, a penas de prisión de uno a tres años.