¿Vacunas contra el covid, cada vez más cerca? | El Nuevo Siglo
LAS primeras indicaciones clínicas de que nuestra vacuna puede prevenir la enfermedad del covid-19, incluida la forma grave, señaló Stéphane Bancel, la jefe de Moderna
Foto Anadolu
Lunes, 16 de Noviembre de 2020
Redacción Medio Ambiente

UNA SEGUNDA inyección de esperanza recibe la humanidad con el anuncio de una segunda vacuna contra el Covid-19: la de la empresa de biotecnología estadounidense Moderna y que tendría algunas ventajas frente a la de Pfizer.



Moderna dijo ayer que su candidata a vacuna contra el coronavirus (ARNm-1273) tiene una eficacia del 94,5% para reducir el riesgo de contraer la enfermedad, similar a la efectividad del 90% anunciada la semana pasada por la alianza Pfizer/BioNTech.

Esto significa que el riesgo de contraer la enfermedad se redujo en 94,5% en el grupo vacunado con respecto al grupo placebo de su gran ensayo clínico en curso en Estados Unidos, según el análisis de los primeros casos. En la pruebas, 90 participantes del grupo placebo contrajeron el covid-19, frente a 5 del grupo vacunado.

Si este nivel de eficiencia se mantuviera en la población general, se trataría de una de las vacunas más eficaces que existen, comparable a la de la rubeola, eficaz en un 97% cuando se aplican dos dosis, según los estadounidenses Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC).

En comparación, las vacunas contra la gripe oscilaron entre el 19% y el 60% de eficacia en las últimas diez temporadas en Estados Unidos, según los CDC.

La vacuna de Pfizer tendría una eficiencia del 90% y la vacuna rusa Spoutnik V llegaría al 92%, según los resultados preliminares.

Ningún enfermo grave de covid-19 fue registrado entre las personas vacunadas, frente a 11 del grupo placebo, de acuerdo al comunicado de la empresa de biotecnología.



Según Moderna, entre el 9% y el 10% de las personas vacunadas experimentaron efectos secundarios tras recibir la segunda dosis, como cansancio, dolor muscular o irritaciones cerca del punto de vacunación.

"Es un momento crucial en el desarrollo de nuestra candidata a vacuna contra el covid-19", se congratuló el jefe de Moderna, Stéphane Bancel. "Este análisis intermedio positivo resultante de nuestro ensayo fase 3 nos da las primeras indicaciones clínicas de que nuestra vacuna puede prevenir la enfermedad del covid-19, incluida la forma grave".

Estos resultados no han sido, sin embargo, evaluados todavía por científicos independientes. Más de 30.000 participantes integran este ensayo clínico a gran escala, llamado de fase 3 y comenzado el pasado julio.

Sin embargo y con base a estos datos provisionales de  seguridad y eficacia, Moderna anunció que solicitará en las próximas semanas una autorización de uso de emergencia a la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) -como lo hará Pfizer y BioNTech-  y anticipa que la autorización estará marcada por los datos finales de seguridad y eficacia (con una duración media de al menos 2 meses).

La empresa estadounidense también informó que para finales de este año espera tener aproximadamente 20 millones de dosis listas para entregar a EU y que prevén fabricar entre 500 millones y 1.000 millones de dosis a nivel mundial en 2021.

Para Moderna, que recibió US$ 2.500 millones de dólares de dinero público de Estados Unidos, estos resultados son la culminación de diez años de desarrollo que, hasta ahora, no habían logrado superar las fases iniciales de ensayos clínicos.

La empresa de biotecnología, instalada en Cambridge (Massachusetts), fue la primera en probar una vacuna en humanos, el 16 de marzo, apenas dos meses después de que científicos chinos secuenciaran el coronavirus.

Similitudes y diferencias entre las dos vacunas

Como toda vacuna, coinciden en el cumplimiento del el objetivo es entrenar al sistema inmunológico para que reconozca el coronavirus y así elevar las defensas de forma preventiva para neutralizar el virus real en caso de producirse el contagio.

Y los proyectos de Pfizer/BioNTech y Moderna también tienen en común la utilización de la tecnología del ARN mensajero, que es un nuevo tipo de vacuna que nunca antes había sido probada y que la pandemia del Covid-19 ha sido una oportunidad de oro para hacerlo, según señalan los científicos e inmunólogos.

Las vacunas convencionales se pueden elaborar a partir de virus inactivos (como polio o la gripe), atenuados (sarampión, fiebre amarilla) o simplemente proteínas llamadas antígenos (hepatitis B).



Pero con la de Pfizer y su socio alemán BioNTech, así como con la de la estadounidense Moderna, se inyectan en el cuerpo hebras de instrucciones genéticas bautizadas ARN mensajero, es decir, la molécula que le dice a nuestras células qué hacer. 

Cada célula es una minifábrica de proteínas, según las instrucciones genéticas contenidas en el ADN de su núcleo.

El ARN mensajero de la vacuna se fabrica en laboratorio. Mediante la vacuna se inserta en el cuerpo y toma el control de esta maquinaria para fabricar proteínas o antígenos específicos del coronavirus: sus "espículas", esas puntas tan características que están en su superficie y le permiten adherirse a las células humanas para penetrarlas.

Estas proteínas, inofensivas en sí mismas, serán liberadas por nuestras células tras recibir las instrucciones de la vacuna, y el sistema inmunológico en respuesta producirá anticuerpos. Estos anticuerpos permanecerán de guardia durante mucho tiempo -según se espera- con la facultad de reconocer y neutralizar el coronavirus en caso de que nos infecte. 

En ningún momento el virus SARS-CoV-2 se inyecta, ni siquiera inactivo, y el ARN no puede integrarse en el genoma humano.

Retomando estos dos avanzados desarrollos contra el Covid, hay que destacar que otros dos aspectos en que coinciden son su seguridad y eficacia. La primera reporta el 90% y la segunda, el 94.5%

Sin embargo hay una marcada diferencia que, eventualmente, podrían darle la ventaja a la desarrollada por Moderna que  facilitaría su comercialización y distribución.



Dicha compañía anunció que su vacuna permanece estable a una temperatura de 2° a 8°C, la temperatura de un hogar estándar o de un refrigerador, durante 30 días. Además, aseguran que permanece estable a -20ºC hasta seis meses para su almacenaje y a temperatura ambiente hasta 12 horas. Y, agregaron, que la misma no requerirá dilución en el sitio o manipulación especial, lo que "facilita la vacunación en una serie de entornos, incluyendo farmacias y consultorios médicos".

Esto supone un avance respecto a la vacuna de Pfizer, que necesita de una temperatura de -70 grados para transportar y almacenar, mucho más baja que la que ofrecen los congeladores estándar, lo que obligó al grupo a desarrollar contenedores específicos, llenos de hielo seco, para distribuir las dosis. Por lo mismo, anticiparon que dentro del costo de las mismas está incluido el traslado hasta el destino, con todos los protocolos de enfriamiento que se requieren.

Estas dos candidatas, junto a la desarrollada por la U. de Oxford y AstraZeneca se encuentran en procesos de análisis y aprobación tanto de las autoridades sanitarias europeas como norteamericanas.

Entre tanto y aunque calificó como otra buena noticia para la humanidad el anuncio de Moderna, el director general de la OMS, Tedros Ghebreyesus, que solamente una  vacuna no bastará para derrotar a la pandemia del covid-19, al tiempo que alertó sobre un posible relajamiento global frente a esta lucha.



Por su parte la científica jefe de dicha Organización, Soumya Swaminathan, señaló que a pesar de esas noticias "tan alentadoras”, todavía hay "dudas" sobre la duración de la inmunización que puedan aportar a determinados colectivos como, por ejemplo, las personas mayores.