Constitución chilena: activistas del apruebo tienen intensa labor   | El Nuevo Siglo
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Domingo, 10 de Julio de 2022
Redacción internacional

En una encrucijada. Así está el pueblo chileno que tiene dos meses para decantarse por si aprueba o rechaza, en voto obligatorio, la nueva Constitución, a la que se llegó producto del estallido social de 2019. El país austral comenzó esta semana la campaña para el llamado “plebiscito de salida” que determinará si definitivamente se sepulta la Carta Fundamental heredada de Augusto Pinochet, y a la que se culpa de los males nacionales, especialmente la desigualdad.

Son varias las voces que consideran que la nueva Carta Magna se entregó como diríamos en Colombia, “muy biche”, pues consideran que a su alrededor aún no hay consenso y que incluso falla y genera incertidumbre jurídica sobre todo en el ámbito económico.

De hecho, hoy por hoy, el apoyo a la misma se ubica muy por debajo del 50 por ciento + 1 voto que se requiere para convertirse en la Ley de leyes, y encuestas recientes indican que solo entre un 25% y 33% de los ciudadanos votarían afirmativamente por la Constitución en ciernes.

Para entender en dónde reside la discordia de este nuevo texto constitucional y como está su panorama en el país austral, EL NUEVO SIGLO habló con el docente de la Universidad Externado de Colombia, investigador del Centro de Investigaciones y Proyectos Especiales e integrante del Observatorio de Estudios Internacionales (OASIS), Aldo Olano.

EL NUEVO SIGLO: Ya comenzó la campaña para el plebiscito que aprobará o rechazará la nueva Carta. ¿Cómo ve el panorama general en este tema?

ALDO OLANO: Complicado, muy complicado porque en Chile hay una oposición bastante fuerte que conglomera a muchos sectores que podríamos llamar de manera amplia, de derecha, y que son sectores conservadores que no ven con muy buenos ojos lo que se está proponiendo en la nueva Constitución.  

El gobierno, tal y como están las cosas ahora mismo, no la tiene tan fácil porque hay ciertos aspectos de esta nueva propuesta que no han sido bien recibidos por parte de la población, sobre todo en algunos sectores de la oposición que en Chile es alrededor del 40% del electorado. Hay elementos que se tienen que debatir y que se tienen que aclarar para que sea aprobado el 4 de septiembre de manera mayoritaria.  

ENS: Son dos meses para convencer a un número significativo de chilenos. ¿Cree que el tiempo les alcance a los promotores del “apruebo”?

AO: Es un tiempo prudencial teniendo en cuenta que la Convención Constituyente ha sesionado en el último año, y que la propuesta de Constitución se elaboró sobre la base de un proceso de consultas a distintos sectores de la sociedad, e incorporando a muchos de los sectores que no tuvieron representación en dicha Convención. No obstante, yo personalmente creo que estará muy disputado porque esta Constitución promueve una serie de cosas muy novedosas, que para mucha gente no son viables.

ENS: ¿Me podría dar un ejemplo?

AO: De ser aprobada esta sería, creería yo, la primera Constitución en el mundo que establecería el aborto como un derecho constitucional, como un derecho fundamental. Eso significa que ya no sería solamente una ley lo que regularía el derecho al aborto, sino que estaría contemplado en la Constitución misma. Sin duda hay muchos que no coinciden con esto.  


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ENS: En estos momentos, de acuerdo con la encuestadora Cadem, la intención de voto por rechazar la carta magna está muy por encima del 50%+1. ¿Cree que esta Constitución se apruebe?

AO: Pues en este momento no. Pero de aquí a dos meses la opinión puede cambiar. Los partidarios de aprobar tienen dos meses para convencer a un importante sector de la población, de lo favorable que puede ser esta nueva Constitución y sobre todo de convencer a los que no van a votar de que lo hagan. Los activistas por el “apruebo” deberán adelantar una labor muy intensa.  

ENS: Si gana el no, ¿qué podría pasar?

AO: Si no gana seguirá vigente la Constitución de 1980.

ENS: ¿El país podría hacer todo el proceso nuevamente?

AO: No; ya no. Si se rechaza en el plebiscito creo que por lo menos, por ahora, las cosas quedan como están. La Convención Constituyente ya terminó sus labores y ya entregó el proyecto de Constitución. Tendrían que diseñar una estrategia nueva legal para hacer algo distinto y para así acabar definitivamente con el legado autoritario de la era pinochetista. Yo no vería otra salida.

El contenido

ENS: ¿El documento final plasmó los reclamos ciudadanos del 2019?

AO: Yo pensaría que sí. Lo que está contenido en el nuevo proyecto, como ya lo indiqué, se hizo sobre la base de una serie de consultas a distintos actores sociales y políticos, muchos de los cuales estuvieron involucrados en el estallido social que comenzó en octubre del 2019.

Yo diría que la representación fue lo suficientemente amplia, aunque hay que tener en cuenta el alto nivel de abstencionismo. Todo fue producto de una Convención Constituyente muy representativa, participativa y democrática, pero hay que recordar también que esa convención fue elegida, si mal no me equivoco, con la mitad de la población. Ahí sí podría uno decir que hay problemas de representatividad.  

Y en ese sentido también hay que tener presente que el presidente Gabriel Boric perdió en la primera vuelta y logró ganar en la segunda porque armó una coalición lo suficientemente amplia para poder derrotar al candidato de la derecha. Eso nos hace ver que los sectores conservadores en Chile mantienen una fuerza política importante que, sin duda, va a pesar en los resultados del plebiscito.  

ENS: La plurinacionalidad, la paridad y el Estado social de Derecho son ejes protagónicos en el nuevo texto constitucional. ¿Esto qué significa?

AO: Con la plurinacionalidad yo creo que esta Constitución contempla algo mucho más amplio a lo que se hizo en Ecuador y Bolivia. Este tema para algunos sectores de la sociedad puede resultar confuso y no se logra entender muy bien en qué consiste eso, e incluso muchas personas lo están viendo como algo peligroso en el sentido en el que se está afectando lo que ha sido un principio básico en las constituciones de nuestros países durante 200 años, que es la idea del Estado-Nación.

Alguna gente ve eso no solamente como la posibilidad de que se desintegre la abstracción llamada Nación, sino que sea el mismo Estado el que se desintegre. Para mucha gente esto puede resultar incomprensible, difuso y en ese sentido las probabilidades del “no apruebo” se van a incrementar.

ENS: Aunque ambas son cosas paralelas, ¿cree que la baja en la popularidad de Boric pueda incidir en el electorado?

 AO: Claro. El mismo Boric ha tenido problemas y para él no ha sido fácil darle forma a un gobierno que tiene que cumplir con todo lo que se ofreció en campaña para resolver los problemas que llevaron al estallido social del 2019. Una de las principales dificultades que tiene, que es un conflicto irresuelto y que no ha sabido manejar, es el de los pueblos mapuches.  

Esta es una sociedad que está muy a la expectativa de que este gobierno comience a trabajar en función de lo que prometió en campaña, pero ¡ojo! Con la nueva Constitución se sentarían las bases legales y constitucionales para que esos problemas que de alguna manera condicionaron el triunfo de Boric, puedan resolverse.

Ejemplo: los derechos económicos y sociales. Con la actual Constitución no se les pueden dar salida, pero con la que se está proponiendo podría impulsarse la solución a esa demanda. Habrá que ver qué pasa.