"Evitamos que $18 billones se fueran por el sifón de la corrupción” | El Nuevo Siglo
“La pandemia nos obliga a pensar en un nuevo contrato social mediante un gran acuerdo nacional que interprete las dramáticas realidades nacionales y globales”, manifestó el saliente procurador Fernando Carrillo. /Procuraduría
Foto Procuraduría
Viernes, 15 de Enero de 2021
Redacción Política

Fernando Carrillo, que mañana deja la jefatura del Ministerio Público, calculó en $18 billones los recursos que no se fueron “por el sifón de la corrupción” en los últimos cuatro años gracias a la gestión de la Procuraduría.



EL NUEVO SIGLO: ¿Cuál es el balance de las acciones de la Procuraduría durante la pandemia?

FERNANDO CARRILLO: La pandemia generó tanto caos que los corruptos pensaron, equivocadamente, que podrían burlar la acción de la justicia. Los hemos frenado con contundencia. La oportuna acción del Ministerio Público ha impedido que la impunidad reinara en los casos detectados y la corrupción fuera más dañina que la pandemia.

La lucha anticorrupción no ha estado en cuarentena y continúa a paso firme en todo el territorio. En este esfuerzo han sido fundamentales las veedurías ciudadanas y las denuncias de los medios de comunicación.

La lista de logros es larga. Solo me centraré en dos temas: garantizar la salud de los colombianos, impulsando la decisión de que haya garantía de un arribo pronto al país de la vacuna contra el Covid-19 de manera eficaz y equitativa; y vigilar que a nombre de la reactivación económica los corruptos no se quedarán con los bolsillos llenos y los colombianos con hambre y en la calle. La noción de indemnizar las víctimas de la corrupción que ha puesto en marcha la Procuraduría es clave para ese propósito.

ENS: ¿Cuáles han sido las irregularidades más detectadas?

FC: Hoy más que nunca, es imperativo derrumbar la muralla de impunidad que ha protegido por años a los corruptos, que se amparan en las fallas de regulación, vigilancia y control de la justicia, la cultura de ilegalidad y la permisividad y tolerancia social.



Necesitamos fortalecer la democracia, propendiendo por una sociedad menos tolerante al delito, la falta de transparencia, el abuso de poder y los corruptos. Ese ha sido nuestro objetivo en los últimos cuatro años. Una sociedad más fuerte, vigilante y empoderada estará inmunizada contra la corrupción. Es la sociedad unida, vigilante, activa, movilizada, la que podrá vencer un fenómeno que debilita la democracia y las instituciones porque las corroe desde adentro.

La pandemia del covid-19 marcó nuestras vidas. Colombia y el mundo ya no serán los mismos. El día que escuchemos la esperada noticia de que podemos volver a la vida “normal”, aún tendremos que enfrentar las consecuencias de la crisis económica, social y sanitaria que nos acompañará por varios años.

La prioridad es garantizar muy pronto el acceso universal a la vacuna de manera gratuita. Es un asunto de supervivencia. También es prioritario que el sistema nacional de salud pública quede fortalecido después de esta crisis. A muy alto costo hemos aprendido la lección de que lo más importante es la salud y que los peores delincuentes son los que se han robado la plata de la salud y del bienestar de los colombianos. En eso con orgullo tenemos mucho para mostrar cómo Ministerio Publico.

Corrupción

ENS: Usted ha dicho que la sociedad está en mora de ejercer “un distanciamiento total” con la corrupción. ¿Cree que la gente es consciente del enorme daño que le hacen los corruptos al país?

FC: A todo aquel que crea en la democracia y defienda el espíritu de la Constitución Política debe dolerle la corrupción, porque es un fenómeno que causa más muertes que la guerra y es el alimento del descontento popular ante la inacción del estado.



La corrupción es la causa mayor del escepticismo de la gente en la justicia, la democracia y el bienestar.

Es, además, la excusa que alientan los populistas y autoritarios para acceder al poder y destrozar los países. En nombre de la lucha contra la corrupción fue posible un Hugo Chávez, que terminó por enterrar la democracia en Venezuela. Así ocurrió en Perú, con Fujimori.

Por eso, la lucha contra la corrupción es, en esencia, una acción política para proteger la democracia del asalto del populismo y el autoritarismo. 

Hoy me preocupan varios casos que pueden continuar verse afectadas por la corrupción: que la población vulnerable tenga garantizada su alimentación; que la infraestructura hospitalaria sea suficiente para atender la demanda de servicios de salud; que las medidas adoptadas para contener el contagio y propagación de la enfermedad sean eficaces; y la protección integral de los trabajadores de la salud, de cuya labor depende la salud y vida de los colombianos.

ENS: ¿Instituciones como la Procuraduría cuentan hoy con ‘dientes’ para atacar el ‘monstruo’ de la corrupción?

FC: Hemos demostrado que mucho se puede lograr.

Mediante acciones preventivas y de intervención, en estos cuatro años le hemos ahorrado al Estado $18 billones que se hubieran ido por el sifón de la corrupción.



Más de 6.700 fallos disciplinarios, 2.750 pliegos de cargos, 1.352 suspensiones de funcionarios, 743 destituciones e inhabilidades, 1.221 sanciones a funcionarios de elección popular, más de 500.000 intervenciones en audiencias para proteger derechos colectivos, 172.000 procesos preventivos que evitaron violación de derechos, etc.

Tenemos muchas herramientas y no puede creerse que la lucha contra la corrupción pase a un segundo nivel en las acciones de la Procuraduría. Son 190 años de lucha por la ética y la moralidad pública que no pueden echarse por la borda.

ENS: ¿Qué actuaciones se adelantaron frente al tema del PAE?

FC: Descubrimos en el PAE una consideración absolutamente negativa que tiene la clase política, que cree que puede tocar los derechos de los niños afectando los presupuestos de la educación y la alimentación escolar.

Confianza

ENS: ¿Teme que muchos procesos disciplinarios que sus procuradores han venido adelantando en las regiones puedan terminan en el ‘congelador’ una vez termine su período?

FC: Los procesos disciplinarios son robustos, han traspasado la línea de no retorno. Hay que confiar en que la nueva administración de la Procuraduría los continúe y lleve a buen destino. El país hoy más que nunca confía en la Procuraduría. Se ha ganado esa confianza con acciones.

ENS: ¿Cuáles son sus reflexiones sobre estos cuatro años al frente de la Procuraduría?

FC: La pandemia nos obliga a pensar en un nuevo contrato social mediante un gran acuerdo nacional que interprete las dramáticas realidades nacionales y globales.

En el mundo que está surgiendo de la pandemia hay que crear un nuevo modelo de democracia, y una sociedad más transparente y equitativa que venza el pesimismo y ejerza un distanciamiento total con la corrupción y le dé cero espacios para que se multiplique.



La Procuraduría debe continuar garantizando derechos, entre ellos, aquellos lesionados por las recientes formas de corrupción. Si no se vence ese enemigo, la democracia estará en peligro y ello requiere un liderazgo que tenga claro que hay que extinguirles los bienes a los corruptos y decretarles la muerte política. Para ellos no puede haber respiradores artificiales, porque el que terminará en la UCI será el Estado de derecho.

ENS: ¿Será candidato presidencial?

FC: Este país tiene déficit de ideas y propuestas de consensos y un superávit impresentable de candidaturas presidenciales. Son más de 30.

Este país sale adelante con base en grandes acuerdos nacionales como hace 30 años lo logramos unos jóvenes alrededor de la Constitución del 91. Es allí donde hay que trabajar para extirpar el odio y el extremismo que es hoy la peor amenaza a nuestra democracia.

El abismo del populismo o del autoritarismo saca las orejas en sociedades divididas. Mire usted lo que sucedió en el Capitolio de Washington la semana pasada, para darse cuenta de lo que puede pasar si no hacemos un alto en el camino para buscar acuerdos por la vía del diálogo social y el consenso.