La pintura, la madera y el dibujo representan las palabras con las que Pedro Ruiz decidió poner en el diálogo las piezas de las colecciones del Museo Santa Clara, que actualmente acoge cinco de las series del artista para reflexionar acerca de una Colombia contemporánea.

Se trata de “Llanto Celeste”, una exposición temporal disponible hasta el 27 de febrero, compuesta por la obra de Ruiz que estará distribuida por toda la iglesia.

El recorrido

En el coro bajo está ubicada “ORO, espíritu y naturaleza de un territorio”, y los resultados del taller “Oro vital”, que tuvo lugar en el Resguardo Indígena de Caño Mochuelo, Casanare. En el extremo opuesto, en el altar mayor, se exponen 40 tallas en madera que hacen parte de “Corazón abierto”, serie con la que el artista honra a las víctimas de la desaparición forzada en el país.

Los retablos y paredes bajo la nave central están intervenidos con pinturas, dibujos y objetos de carácter escultórico que se enfocan en lo sagrado femenino, donde tanto la Tierra, como las mujeres que la habitan forman parte de él.

Como menciona Pedro, esto se hace con el propósito de buscar “una simbología que nos una, ofreciendo diferentes posibilidades de representación que vayan más allá de lo acostumbrado, y que reafirme además la importancia de la dimensión espiritual de nuestra existencia”.

El artista también señala que la naturaleza está siempre presente en sus obras como una fuerza creadora e inspiradora que impulsa continuamente a buscar equilibrio y armonía entre el ser humano y la Madre Tierra. Por esto, otra de las temáticas que se abordan en la muestra es, precisamente, la relación entre la humanidad y el planeta.

“Lágrimas celestes”, la serie central del conjunto que conforma la muestra, se encuentra instalada en el embovedado del recinto. Cerca de 30 lágrimas de gran formato en vidrio penden del místico jardín celeste del antiguo templo, sugiriendo un metafórico llanto celestial.

Conexión con el Museo Santa Clara

Sin perder de vista que, en sí mismas, las obras abordan variedad de asuntos frente a los cuales se invita a pensar y a cuestionarse, “Llanto celeste” establece también una relación directa con muchas de las obras expuestas en el Museo Santa Clara, ya sea aludiendo directamente a ellas, como sucede con la pieza “La Sagrada Familia” de Gregorio Vásquez Ceballos, en la serie “ORO”; o inspirándose en los retablos allí expuestos, rememorando antiguos oficios como la talla en madera a la manera de las imágenes de bulto o el profuso uso del pan de oro, como se detalla en ciertas pinturas que acompañan la exhibición.

“Al ser colombiano y apreciar como artista los oficios que desarrollan cientos de artesanos en el país, sentí la necesidad de dar a conocer ese increíble trabajo en un lugar donde el patrimonio fuera tan único como nuestra cultura; ese lugar sin duda alguna fue el Museo Santa Clara. Quienes visiten el Museo por estos días podrán observar un diálogo entre los oficios y el patrimonio, el cual honra a las víctimas de la desaparición forzada en el país y que estoy seguro despertará muchas reflexiones”, señaló Pedro Ruiz.

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“Llanto Celeste” estará acompañada de una agenda educativa y cultural que ofrecerá charlas, conversatorios, talleres y recorridos presenciales y virtuales para los públicos de todas las edades.

Consulte los días y horas en las redes sociales, Facebook, Instagram y Twitter, como @MIStaClara. Quien quiera conocer la muestra puede visitarla en los horarios habituales del Museo: martes a domingo, de 9:00 a.m. a 5:00 p.m. El artista estará realizando una serie de recorridos presenciales comentados por la exposición. Estos tendrán lugar los días 15 y 21 de enero y 12 y 18 de febrero.

Maestro del arte colombiano

Pedro Ruiz, nacido en la ciudad de Bogotá el 23 de enero de 1957, es uno de los artistas más reconocidos del país. A los 21 años viajó a París y trabajó las técnicas del grabado en el taller de Stanley William Hayter.

Estudió en la Escuela Nacional de Bella Artes de París, en la cual hizo especial énfasis en la anatomía, dibujo de perspectiva y pintura.

De vuelta en Bogotá trabajó en publicidad, experiencia que le permitió desarrollar habilidades en muchos otros campos de la creación aparte de la pintura y la ilustración. Más adelante, vino un sinnúmero de experiencias dentro del arte como una Mención de Honor en el XXXII Salón Nacional de Artistas de 1988, trabajos con artistas jóvenes cumpliendo las premisas de lo que hoy se conoce como “arte contemporáneo”, una distinción de Caballero en la Orden de las Artes y las Letras del gobierno francés, Embajador de Unicef, entre otras.

La naturaleza y su relación con la sociedad son el hilo conductor de una gran variedad de imágenes y propuestas escultóricas.

En 1999 se constituye el colectivo nadieøpina, del cual fue miembro activo durante varios años, trabajando propuestas dentro de un marco conceptual contemporáneo. En la actualidad el proyecto “ORO, espíritu y naturaleza de un territorio” se presenta en diferentes lugares del mundo como imagen representativa de Colombia.

Esta obra ha sido expuesta en importantes escenarios artísticos a nivel internacional. Entre ellos el Museo de Arte Sacro de Paraguay, el Museo de Arte Contemporáneo de la Boca Marco en Buenos Aires, el Museo de Arte Precolombino e Indígena en Uruguay, el Centro de las Artes “Conarte” en Monterrey y otros centros culturales más de México. Así como también se ha presentado en Brasil, Italia, Indonesia y España, entre otros países.

Así mismo, ha participado en numerosas exposiciones colectivas en Estados Unidos, Brasil, Roma, Chile y por supuesto, Colombia.