La rana Romeo de Bolivia ya tiene a su Julieta, que evitaría la extinción de su especie amenazada, una causa que motivó una campaña internacional para obtener recursos económicos para buscar una pareja. Ahora falta que cupido les dé el flechazo amoroso.
Una expedición de especialistas del Museo de Historia Natural Alcide d’Orbigny y la organización Global Wildlife Conservation (GWC) dio con Julieta y cuatro ejemplares más, tres machos y una segunda hembra joven, de la especie de rana acuática de Sehuencas (Telmatobius yuracare) en una reserva homónima en el centro del país.
Julieta, así bautizada por los científicos, “fue encontrada en una expedición en bosques nublados de Bolivia, zona que se encuentra entre los municipios de Pojo y Comarapa”, dijo Teresa Camacho, jefa del departamento de Herpetología del museo.
Hace un decenio unos biólogos encontraron por el lugar a Romeo, un macho de esta especie con una esperanza de vida de 15 años, sin sospechar que hasta ahora sería el único y, consecuentemente, a un paso de la extinción.
Pero con Julieta las puertas para una prole están abiertas. “Han pasado más de 10 años desde que Romeo, la última rana acuática de Sehuencas que se conoce, haya conocido el amor, pero la suerte de este soltero afortunado está a punto de cambiar drásticamente”, afirmó la GWC.
La novia y sus compañeros fueron colocados en cuarentena en el Centro K’ayra del museo para que puedan aclimatarse a un entorno que replique las condiciones de la naturaleza y también reciben tratamiento contra la “quitridiomicosis”, una infección causada por un hongo, que suele diezmar a las ranas.
Ahora la prioridad es poner a Julieta primorosa y atractiva, para causar una buena impresión en el solitario galán. El macho tiene una longitud de 62 milímetros y es de color marrón con manchas oscuras, mientras que la hembra tiene 55 mm y es un poco más oscura.
“Después de esto Romeo se encontrará con su Julieta. ¡También queremos asegurar las condiciones perfectas para su cita a ciegas!”, indica exultante Camacho.
Y los especialistas del Museo Alcide d’Orbigny, cual oficiosos celestinos, están tomando todas las previsiones para que cupido cumpla de manera eficiente su tarea.
“Para reproducir las condiciones en la naturaleza, hemos estado tomando datos de temperatura y calidad de agua de los arroyos muestreados para reproducirlos en los ambientes de cría”, acotó la especialista.
“Diario de una pasión”
Aunque la prioridad es la consumación del acto reproductor, tampoco hay apuro.
“¡Esperamos que haya amor a primera vista! Pero si esto no ocurre, nos tomamos un helado, vemos la película ‘The Notebook’, y volvemos a intentarlo”, indica Camacho, evocando la película conocida en castellano como “Diario de una pasión”, interpretada por Ryan Gosling y Rachel McAdams.
Pero si cupido no consigue su cometido, los especialistas están evaluando otras alternativas, como recurrir a la tecnología y al apareamiento de los otros ejemplares.
La organización Global Wildlife Conservation anunció que junto al museo “también trabajarán con un laboratorio en la Universidad Macquarie en Sydney, Australia, en la recolección y congelación de esperma de Romeo y gametos (huevos y esperma) de otras ranas para que podamos probar fertilización in vitro”.
Planean cita
Se está planificando la “cita a ciegas” para el próximo 14 de febrero, el Día de San Valentín.
La falta de una hembra motivó que en la misma fecha hace un año se realizara una campaña para recaudar fondos que financiaran expediciones en búsqueda de una pareja. Unos 25.000 dólares habían sido obtenidos.
Camacho explicó que con los fondos se planificaron desde noviembre pasado ocho salidas de campo de seis días cada una. Hasta ahora se realizaron cuatro expediciones de ellas.
Aún falta ir a otras localidades y “lo haremos hasta el mes de marzo”, cuando finaliza la época de lluvias, aseveró.
GWC recordó que la rana de Sehuencas es totalmente acuática y que su especie fue una vez abundante en el fondo de pequeños arroyos o ríos, y en pozas en el bosque montano de Bolivia.
La combinación del cambio climático, la destrucción del hábitat, la contaminación, el patógeno quitridio, que es mortal en estas especies, y la introducción de truchas invasoras han provocado una disminución abrupta de especies de ranas acuáticas en Bolivia, Ecuador y Perú