El primer ministro ucraniano Arseni Yatseniuk viajó a Donetsk para intentar buscar una salida a la insurrección de miles de activistas prorrusos en el este del país, una situación que agudiza la tensión entre Rusia y Occidente.
"La actual incitación a sentimientos antirrusos [...] amenaza de manera evidente la estabilidad de Europa", afirmó el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, pocas horas después de que el presidente estadounidense Barack Obama advirtiera que una "escalada" rusa en Ucrania provocaría nuevas sanciones contra Moscú.
Lavrov también negó que Rusia haya enviado a "agentes provocadores" a militares al este de Ucrania.
Yatseniuk viajó el viernes a Donetsk, donde militantes prorrusos, en algunos casos armados, ocupan desde el domingo el edificio de la administración regional de estad ciudad. En la ciudad de Lugansk militantes prorrusos controlan el edificio de los servicios de seguridad (SBU).
Ambas ciudades están situadas en una región de mayoría rusohablante a pocos kilómetros de la frontera rusa.
El presidente ruso Vladimir Putin ha prometido proteger "a cualquier precio" a la población rusa de los países de la ex-Unión Soviética y ha movilizado en la frontera con Ucrania a cerca de 40.000 soldados, según la OTAN, que teme una invasión y aseguró este viernes que hay que tomar "medidas suplementarias" de seguridad.
A pesar de que el ministro del Interior ucraniano, Arsen Avakov, amenazó a los separatistas con expulsarlos a la fuerza si no deponen las armas, el primer ministro intentará este viernes negociar con los prorrusos.
Yatseniuk prometió "equilibrar el poder entre el poder central y las regiones" y se comprometió a no modificar "bajo ningún pretexto" las leyes que garantizan el estatuto de las lenguas distintas del ucraniano.
Pero los separatistas, con el apoyo de Moscú, quieren convertir Ucrania en una federación, algo que rechaza el gobierno proeuropeo de Kiev que lo considera el paso previo a la disolución del país.
Por el momento no está previsto ningún contacto directo entre los insurgentes y el gobierno pero según Rinat Ajmetov, el hombre más rico del país que durante años apoyó al poder prorruso en Ucrania y que participa en las discusiones, "la única salida es la vía de las negociaciones".
Varias personas se manifestaban este viernes frente al edificio de la administración pública de Donetsk ocupado por los prorrusos. "¡No queremos negociaciones, sólo la independencia!", gritaba una mujer frente a una de las barricadas que protegen el edificio.
La tensión en el este de Ucrania hace temer una repetición de la situación en Crimea, ocupada primero por fuerzas prorrusas y luego anexada a Rusia tras un referéndum considerado ilegal por Occidente.
- Guerra del gas -
Las autoridades ucranianas acusan a Moscú de querer "desmembrar" el país y de intentar boicotear las elecciones presidenciales anticipadas del 25 de mayo. Los candidatos favoritos son todos partidarios de fortalecer los vínculos de esta exrepública soviética de 46 millones de habitantes con la Unión Europea.
El jueves, varias fuentes anunciaron la posibilidad de negociaciones cuatripartitas (Estados Unidos, Rusia, Ucrania y Unión Europea) para buscar una salida, pero desde entonces ha vuelto a empezar la guerra de declaraciones.
Putin recordó la enorme deuda de Ucrania con Rusia por el gas que le compra y pidió a los europeos que paguen la factura. En caso contrario, el presidente ruso dijo que el suministro de gas ruso que transita por Ucrania en dirección a la Unión Europea podría estar en peligro y amenazó con una nueva "guerra del gas" como las de 2006 y 2009.
Por su parte la Unión Europea pidió el viernes que los proveedores de energía, en particular Rusia, "respeten sus contratos" y consideró del "interés de todos" no utilizar la energía como un "arma política".
Barack Obama también respondió a las amenazas con una nueva advertencia a Rusia y dijo que si sigue la escalada Estados Unidos podría aplicar "nuevas sanciones" contra el país.
La crisis en Ucrania será uno de los temas principales entre países desarrollados y emergentes del G20, que se reúnen este viernes en Washington.