La estrella de mar que está mermando la Gran Barrera de Coral podría ser eliminada con vinagre, anunciaron ayer científicos, un descubrimiento esperanzador para este ecosistema marino particularmente amenazado.
Reconocida por la Unesco como patrimonio mundial en 1981, la Gran Barrera de Coral cubre una superficie de unos 345.000 km2 a lo largo de las costas australianas y constituye el mayor sistema coralino del mundo, con casi 3.000 arrecifes y cientos de islas tropicales.
Pero está amenazado por recurrentes episodios de blanqueo de sus corales provocado por el calentamiento global, las actividades industriales o agrícolas y una estrella de mar muy agresiva.
La Acanthaster planci, más conocida como “corona de espinas”, se alimenta casi exclusivamente de corales, puede llegar hasta el metro de diámetro y tiene unos pinchos cuyo veneno es tóxico para el ser humano.
Hasta ahora se utilizaban productos químicos muy caros para neutralizarla, a riesgo de dañar otros organismos marinos de los arrecifes.
Pruebas efectuadas por investigadores de la Universidad James Cook, en colaboración con la dirección del Parque Marino de la Gran Barrera de Coral (GBRMPA), demostraron que el vinagre es una solución segura, eficaz y barata.
La investigadora Lisa Bostrom-Einarsson explicó que un experimento llevado a cabo durante seis años en cuatro lugares diferentes permitió constatar la muerte en 48 horas de las estrellas que recibieron una inyección de vinagre, sin que éste tenga impacto en los otros organismos vivos.
“Hemos tenido en cuenta la importancia de la cobertura coralina, la abundancia y la diversidad de los peces, las enfermedades de los éstos, la abundancia de los invertebrados antes, durante y después del estudio de seis semanas, y no hemos notado ningún impacto negativo”, dijo.
La erradicación o el control de la población de estas estrellas de mar sería sin embargo un trabajo titánico porque hay que inyectar individualmente a cada una de ellas.
Este método, sin embargo, es mucho más eficaz que el que consiste en retirar del agua y luego matar a cada ejemplar.
Un extenso estudio publicado en 2012 reveló que en los 27 años anteriores, la cobertura coralina se redujo a la mitad. Y el 42% de los daños fue atribuido a esta estrella de mar.
No existe por ahora ningún consenso científico sobre las razones de estas invasiones de “coronas de espinas”, una plaga en numerosas regiones del Pacífico y del océano Índico.
“Hay millones de estrellas de mar en la Gran Barrera y cada hembra pone 65 millones de huevos por temporada” de reproducción, observó Bostrom-Einarsson para explicar que una erradicación total es imposible.
“Para matarlas todas se requeriría una movilización enorme, pero sabemos que se pueden hacer esfuerzos sostenibles para salvar algunos arrecifes individualmente”, dice.
Fred Nucifora, responsable del área de turismo en el GBRMPA, declaró que se llevarían a cabo tratamientos con vinagre en arrecifes que tengan un gran valor en términos de patrimonio o de turismo.
“Matar las coronas de espinas es una operación capital para proteger la cobertura coralina y mejorar la resiliencia de los arrecifes, en particular en el contexto actual de blanqueo de corales”, dijo.
Los científicos australianos anunciaron hace dos semanas que los corales que sufrían por segundo año consecutivo este blanqueo no tienen ninguna posibilidad de recuperarse.
El blanqueo es un fenómeno de debilitamiento que se traduce en una decoloración del coral. Está provocado por la subida de temperatura del agua, que provoca la expulsión de las algas simbióticas que dan al coral su color y sus nutrientes.
Los arrecifes pueden recuperarse si el agua se enfría, pero también pueden morir si el fenómeno persiste.
El episodio de blanqueo actual es el cuarto después de los de 1998, 2002 y 2016.
El vinagre fue añadido a la lista de productos autorizados por el GBRMPA, lo que significa que las empresas del sector turístico pueden pedir permisos para empezar a controlar la población de estrellas de mar.
La Gran Barrera alberga unas 400 especies de corales, 1.500 tipos de peces y 4.000 de moluscos, así como numerosas especies en peligro de extinción como el dugongo y la gran tortuga verde.