En compensación a las víctimas del despojo y abandono forzado, el Gobierno entregó a campesinos en el departamento del Valle predios que fueron extinguidos y que antes pertenecieron al narcotráfico.
La entrega correspondió a cargo del ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Rubén Darío Lizarralde y el director de la Unidad de Restitución de Tierras, Ricardo Sabogal y benefició a dos familias rurales.
Este acto se realizó en la emblemática Hacienda La Gloria, ubicada en el corregimiento El Hormiguero, vereda Cascajal, vía a Jamundí, al sur de Cali.
Las tierras pertenecieron a Dennis Gómez Patiño, alias El Zarco, ex integrante del Cartel del Norte del Valle, que fueron recuperadas por el Estado, administradas por la Dirección Nacional de Estupefacientes y entregadas al Fondo de la URT para ser utilizadas en el proceso de Restitución.
Al evento asistieron 37 familias beneficiadas con sentencias de restitución en el Valle del Cauca, y a quienes también se les entregaron los títulos que las acreditan como dueñas de las tierras que tuvieron que abandonar como consecuencia del conflicto armado o el despojo.
En el lote de 29 hectáreas ubicadas en la finca La Gloria, se podrán establecer diferentes tipos de cultivos y cría de ganado, ya que las tierras que lo componen son aptas para este tipo de actividades.
Los beneficiarios, además de vivienda, tendrán el apoyo del Estado para adelantar proyectos productivos, como parte de las medidas de reparación integral a las que tienen derecho, según los fallos de restitución.
Solicitantes de tierras, las autoridades locales y regionales; los jueces encargados de los fallos y las autoridades militares y de policía, quienes hacen parte fundamental en la labor de devolución de las tierras asistieron al acto.
No es sorprendente encontrar en Colombia un país tan golpeado por la violencia, historias de altruismo y trabajo por la comunidad. Resalta, entre estos relatos, el de Fulbio Astorquiza (uno de los beneficiados con la entrega del lote que fue extinguido al narcotráfico) quien cambió la vereda en donde decidió radicarse.
Los jueces de restitución, al no poder devolver exactamente el mismo terreno a Fulbio, optaron por brindarle un predio de iguales condiciones en la misma vereda, conforme a lo dispuesto en la ley 1448 del 2011.
Se puede decir que a la vereda El Otoño llegaron todos los grupos armados uno tras de otro, trayendo con ellos la guerra y la tristeza propia de esa barbarie. Fulbio soportó la situación hasta que un día fue amenazado de muerte en su propia casa, lo que lo obligó a desplazarse a la ciudad de Cali.
Ahora Fulbio, una persona que muestra cómo es posible mejorar una comunidad, vuelve al campo gracias a la Unidad de Restitución de Tierras. Él es la primera persona en Colombia compensada con un predio de muy buenas condiciones que estaba en extinción de dominio.
Los proyectos productivos le permitirán criar animales pequeños nuevamente y, gracias al apoyo del Gobierno, volverá a dictar clases en una nueva escuela hecha en cemento y no en madera como la anterior.
Con la primera llegada de este profesor a la vereda El Otoño cambió la comunidad para bien y ahora con el regreso las expectativas de mejorar la comunidad vuelven.